Una vez más volvemos a estar en Bullet Tree,
contentos de llegar de nuevo a casa y disfrutando otra vez de los interminables
baños en el río.
Mercado de San Ignacio (El Cayo), donde compramos habitualmente |
Lo primero que hacemos a la vuelta de Cockscomb es ir de compras al Cayo, ya que además de necesitar algunos víveres, tenemos que preparar el cumpleaños de Sahara, ¡QUE YA CUMPLE CINCO AÑOS!, así que encargamos una tarta con su nombre y una vela con el número 5 (lo tenía clarísimo, es lo único que pidió y lo que más ilusión le hace), y algunos regalitos para celebrarlo.
Además, hoy se cumple también un año desde que comenzamos este viaje en Costa Rica, así que la celebración es doble, y es un día de reflexión sobre todo lo que hemos hecho, y también sobre lo que todavía nos queda por delante...¿que nos deparará el destino? supongo que pronto lo sabremos....
Sahara y Elani |
Disfrutando de la tranquilidad de la nueva cabaña |
Un par de días después, nos mudamos de cabaña y nos instalamos en la de Emi y Lobo, más alejada de las otras viviendas y mucho más tranquila para nosotros.
A la larga, estamos encantados con este cambio y enseguida hacemos de esta cabaña nuestro hogar, desde el que vemos un recodo del río y estamos más rodeados de la fauna del lugar.
El 4 de junio amanecemos con una grata sorpresa, pues un par de nutrias (Lontra longicaudis) recorren el río nadando por la orilla de enfrente y disfrutamos de su observación desde el pie de nuestra cabaña nueva.
Además, nos rodean las iguanas (Iguana iguana), los agutís (Dasyprocta punctata) y algunos días, los monos aulladores (Alouatta pigra).
Nuestro amigo el kinkajú (Potos flavus) visita un árbol frutero enfrente de nuestra cabaña cada dos o tres días y vemos como se alimenta, intenta defecarnos encima o se queda dormido en las ramas después de las comidas.
Sahara con una cría de iguana verde que tuvo que rescatar en la cocina |
También recibo estos días la visita
de otro animal menos deseado.
Resulta que llevo varios días con molestias en unas picaduras que tengo en un brazo y que no se curan. Me duelen, me escuecen y me arden como si me retorcieran agujas calentadas dentro de la carne, y además las tengo hinchadas y como llenas de líquido.
Pasados unos siete u ocho días, acudo al médico, que me dice que no es nada grave y me da unos antibióticos, para que no se infecte.
Pues resulta que unos días más tarde y ya que no veo ninguna mejoría, dejo que Brenda (que dice que es un “nacido” lleno de pus) me lo apriete para sacar todo lo que tenga dentro. Sale algo de pus, bastante agüilla y ¡sorpresa!, un gusano muerto y aplastado. Son colmoyotes (Dermatobia hominis), larvas de una mosca que deposita sus huevos sobre la piel o la carne de diversos animales, entre ellos el hombre.
Seguimos estrujando y sale otro, esta vez vivo, gordo y con coronas de espinas negras alrededor de su cuerpo. O sea, una preciosidad.
Restos de otro gusano aplastado y más líquido es lo que conseguimos sacar después de un buen rato exprimiendo lo que quedaba, así que hacemos unas curas y parece que la cosa mejora un poco. Veremos que pasa….
Resulta que llevo varios días con molestias en unas picaduras que tengo en un brazo y que no se curan. Me duelen, me escuecen y me arden como si me retorcieran agujas calentadas dentro de la carne, y además las tengo hinchadas y como llenas de líquido.
Pasados unos siete u ocho días, acudo al médico, que me dice que no es nada grave y me da unos antibióticos, para que no se infecte.
Pues resulta que unos días más tarde y ya que no veo ninguna mejoría, dejo que Brenda (que dice que es un “nacido” lleno de pus) me lo apriete para sacar todo lo que tenga dentro. Sale algo de pus, bastante agüilla y ¡sorpresa!, un gusano muerto y aplastado. Son colmoyotes (Dermatobia hominis), larvas de una mosca que deposita sus huevos sobre la piel o la carne de diversos animales, entre ellos el hombre.
Seguimos estrujando y sale otro, esta vez vivo, gordo y con coronas de espinas negras alrededor de su cuerpo. O sea, una preciosidad.
Restos de otro gusano aplastado y más líquido es lo que conseguimos sacar después de un buen rato exprimiendo lo que quedaba, así que hacemos unas curas y parece que la cosa mejora un poco. Veremos que pasa….
Sahara tiene una pequeña picadura
que tiene el mismo aspecto, y aunque no le duele ni le pica, se la untamos con
esmalte de uñas para cortar la respiración de cualquier posible larva que se
esté desarrollando en el interior de su brazo, que a los pocos días empieza a
sanar.
Es una pena no haber conocido antes esta escuela, pues ya llevamos un mes viviendo aquí y solamente quedan cuatro semanas para terminar las clases. Como se suele decir, mejor tarde que nunca.
Más fotos del cumpleaños:
Leyendo un cuento al enano en la cabaña vieja |
Disfrutando de la vida en casa:
Viendo una peli |
Mercado de San Ignacio |
Atrapando algunos reptiles, una cría de iguana verde y una lagartija del género Anolis:
Con Brenda |
Liberándola |
Y como siempre, algunos bichos más:
Kinkajú |
Mono aullador negro |
Iguana verde |
Salamandra (Bolitoglossa mexicana) |
Apareció un día de lluvia en el interior de la cabaña nueva |
La nocturna, bonita y gigante mariposa de la muerte (Ascalapha odorata) alimentándose de la fruta pasada que dejamos para las aves y las iguanas. |
Preparando el blog para la siguiente entrada... |
Algunos vídeos de la cabaña nueva:
De iguanas a la puerta de casa:
De un basilisco (Bassiliscus vittatus):
Y de algunos baños en el río: