domingo, 20 de octubre de 2013

VOLVEMOS A MÉXICO Y A CAPTURAR COCODRILOS EN LA RESERVA DE LA BIOSFERA DE LA ENCRUCIJADA


Tres momentos del trampeo, con tres individuos distintos



La lancha avanza sobre las aguas salobres de la Reserva de la Biosfera de La Encrucijada (REBIEN). 

Lo único que podemos ver a los lados del canal es la larga muralla verde formada por los grandes árboles de mangle rojo (Rizophora mangle) que dominan el paisaje en este espacio protegido.



Unos veinte minutos después de salir del embarcadero, abandonamos el canal principal y nos adentramos por una de las muchas pequeñas vías de agua que salen de este, y que junto con el gran número de islas existentes forman el laberinto que da nombre a la reserva.



Decidiendo la ruta a seguir

Desembarcamos, y tras una breve caminata llegamos a la zona encharcada que debemos cruzar para colocar las siete cámaras-trampa que recogeremos dentro de un par de días, cuya función es la de monitorear las potenciales especies presa del jaguar (Panthera onca) en esta área protegida. 




No queremos mojarnos, sobre todo porque algunos no tenemos calzado de repuesto, así que nos subimos a los mangles y atravesamos la zona húmeda cual tropa de monos, trepando y saltando entre la maraña de raíces aéreas hasta llegar a la zona seca del otro lado. 
No resulta tan fácil como parece, pero es bastante divertido, tanto para los grandes como para el pequeño, que en alguna ocasión tiene que subirse encima de algún adulto para cruzar. 
A la dificultad natural de caminar entre raíces resbaladizas, se sumó la de tener que espantar las espesas nubes de mosquitos que nos acosaron durante todo el camino, y que dejaron nuestra piel totalmente cubierta de molestas picaduras.



Colocando cámaras

Sahara colocando pilas y tarjetas



Con las cámaras instaladas en las posibles zonas de paso de los animales, nos dirigimos al campamento de La Concepción después de cruzar de nuevo el área encharcada, donde nos instalaremos y comeremos algo antes de comenzar el monitoreo de hoy por la noche. 


Sahara conduce la lancha hasta nuestro destino con la ayuda de Cande, el motorista de estos días de monitoreo, disfrutando de lo lindo como siempre que se le dejan hacer estas cosas.






Ya es de noche, y navegamos una vez más por el canal principal de la reserva, esta vez con el objetivo de censar todos los caimanes (Caiman crocodilus) y cocodrilos (Crocodylus acutus) que veamos con la ayuda de nuestro foco, capturando todos los que nos sea posible.




El caimán más grande que capturamos estos días



La jornada se termina unas cuatro horas más tarde con un resultado de seis capturas, un caimán de buen tamaño, otro algo más pequeño y varios neonatos de las dos especies, a los que procesamos de la misma forma que en nuestra anterior visita en enero: marcaje con chapa metálica en la pata trasera a los individuos más grandes y corte de escamas a todos los ejemplares; toma de medidas morfométricas; sexado; y conteo de las placas óseas, además de la sesión fotográfica de rigor.



Con un cocodrilo pequeño

El caimán que atrapé con el lazo

Caimán neonato


Hoy realicé mis primeras capturas, dos neonatos de cocodrilo con la mano desnuda y un caimán de unos 80 centímetros de longitud con el lazo corredizo, además de colocar la chapa metálica a la captura más grande del día. 

También participamos todos los miembros de la familia en la búsqueda con el foco, en el manejo de los especímenes, en la toma de medidas, y en la liberación de los ejemplares. Así que, qué podemos decir, quedamos muy satisfechos con todo lo aprendido en esta magnífica experiencia.



Aparicio o "Licho", nuevo miembro del equipo, pesando un caimán 


Regresamos al campamento bastante cansados y muy tarde, así que todos nos acostamos directamente, sin comer nada más, solamente con ganas de recuperarnos un poco del largo día (miércoles 10 de julio de 2013).

Garza cucharón (Cochlearius cochlearius)


Lo cierto es que en esta ocasión todo empezó peor de lo que pensábamos.

Después de cruzar la frontera mexicana desde Guatemala el lunes, llegamos a Escuintla, donde nos recogen nuestros amigos Rafa y Edgar, con los que vamos a la oficina de la reserva, dejamos nuestras cosas en casa de Cris y salimos para el primer día de monitoreo.


Al poco de subirnos a la lancha y abandonar el embarcadero de Las Garzas, el cielo se abre y cae una buena tromba de agua que nos deja a todos empapados y casi hace que se suspenda nuestra actividad. 
Además, Sahara llevaba en la mano una tortuga de casco (Kinosternon scorpioides) que debíamos liberar, y al intentar cubrirla con su chubasquero para que la lluvia no la mojara, recibió un buen bocado en el labio superior, algo que el pobre no se esperaba.


Feliz con su amiga tortuga, antes del mordisco


Asentamiento en La Encrucijada

Nos refugiamos en La Lupe, una de las comunidades que existen en la reserva, donde nos invitan a un cafecito y Sahara juega con los niños que viven allí y se olvida un poco de su nueva herida.



Afortunadamente, la tempestad pasa y podemos comenzar el recorrido con tan solo un poco de retraso.
Contamos 28 cocodrilos, aunque sólo capturamos alguna cría pequeña, antes de que Rafa comience a sentirse cada vez peor y tengamos que dar vuelta una vez que ya no soporta más el malestar. Al día siguiente decide marcharse a su casa, donde le diagnostican dengue y le recetan reposo, así que ya no le volvemos a ver.



Dedicamos el martes a realizar compra de víveres y al resto de preparativos para pasar los próximos tres días en el campamento de La Concepción. 
Pero cuando llega la hora de irnos, Cande, el motorista, no está.
Resulta que fue a una celebración de una comunidad de la reserva y no se sabe nada de él. Esperamos hasta que llega la noche y se suspende el monitoreo, ya que seguimos sin tener noticias.
Nosotros no nos lo podemos creer. Sobre todo después de nuestro periplo para llegar hasta aquí. Nos parece una grave falta de respeto para con sus compañeros y para con los visitantes extranjeros que hemos hecho un gran esfuerzo para llegar a tiempo al monitoreo. En fin, esto es lo que hay y tenemos que aguantarnos, mañana será otro día.



El jueves, tras la jornada del miércoles descrita en el comienzo, y después de hacer una caminata infructuosa en busca de serpientes en una de las islas, realizamos nuestro último recorrido, que comenzó con la captura y rescate de una iguana (Ctenosaura similis) en una antigua piscina para cocodrilianos que hay en el campamento.





Cría de caimán
Vemos bastantes cocodrilos, e incluso estoy a punto de capturar un individuo de unos tres metros, pero cuando ya tenía la cabeza dentro del lazo y estaba llegando a su cuello, un movimiento inesperado en la lancha hizo que el intento fracasara y el animal huyó, sumergiéndose y desapareciendo en una nube de lodo. 

Hoy tan solo pudimos atrapar un neonato, más que nada para no quedarnos a cero.


Cocodrilito

Pesaje de un caimán

Única captura. Al menos ya los pillo con la mano

Cría de cocodrilo sobre la vegetación acuática

Viernes, último día en La Encrucijada. Recogemos todas nuestras cosas y dejamos el campamento de La Concepción. Paramos a recoger las cámaras, para lo cual repetimos toda la operación de trepar entre las raíces de mangle, sufriendo el constante ataque de los mosquitos.


Cráneos y otros restos de paca




Encontramos un montón de cráneos y restos de pacas (Agouti paca = Cuniculus paca) y alguno de coatí (Nassua narica), y tenemos la suerte de ver un gran ejemplar de unos dos metros de la serpiente Clelia clelia; pero cuando revisamos las tarjetas de las cámaras, comprobamos que no han registrado nada. Una pena.





Sahara sigue ejerciendo de piloto mientras recorremos el canal grande, y al llegar, nos toca esperar un rato por el camión que debe venir a buscarnos.




Llegamos de vuelta a Acapetahua, donde nos quedamos una noche más en casa de Cris antes de volver a cruzar la frontera en dirección a Guatemala el sábado a mediodía.

Dibujo de una familia de leones con mariposa y cóndor que Sahara dibujó para su primo Xosel en casa de Cris

Además de todo lo dicho, pudimos observar algunos otros animales interesantes durante nuestra estancia. Monos araña (Ateles geoffroyii), armadillos (Dasypus novemcinctus), autillos (Otus cooperi), mapaches (Procion lotor), murciélagos pescadores (Noctilio leporinus) y tlacuaches de cuatro ojos (Philander opossum) fueron nuestros otros acompañantes más destacables.

¿Veis el armadillo?

Muchas gracias a Rafa, Edgar, Cris y la REBIEN, por invitarnos, enseñarnos, acogernos y ofrecernos su amistad. ¡No os olvidaremos!

Licho, Edgar, Cris, Carmen y Cande

Y, por último, un enlace a la entrada correspondiente a nuestra primera experiencia trampeando cocodrilianos en La Encrucijada, con más fotos e información:


Más fotos:
Con la tortuga de casco. Estas tortugas tienen la particularidad de poder cerrar totalmente su
caparazón gracias a que es móvil, quedando completamente protegidas dentro de él

Haciendo amigos:




Trepando por el manglar:


Colocando cámaras-trampa:







Captura de iguana:


Durante los trampeos:

Pequeños Crocodylus acutus:




Otras:
En la proa de la lancha

Pescadores

Canal del embarcadero

Con un Norops sp.

Detalle de la bolsa gular

Cormorán tropical (Phalacrocorax brasilianus) pescando

Esos días, el monte estaba lleno de estos saltamontes, de tamaño mediano-grande




Algunos vídeos:
Entrando el primer día, con una tortuga de casco que hay que liberar:


Segunda entrada:


Entrando a los canales entre islas, para colocar cámaras-trampa:

Cruzando el manglar sobre las raíces de mangle, para no mojarnos:



Un pequeño ayudante en el muestreo:



Midiendo un caimán:

Sexándolo:

Marcando las escamas:

Contando escamas o placas óseas:

Liberándolo:

Proceso completo de un caimán, desde su captura hasta su liberación:















Un nuevo patrón para la embarcación

Saliendo al canal principal:

Volviendo al campamento después de un día duro entre los mangles, para prepararnos para el trampeo nocturno:

Manejando una cría de cocodrilo:

Armadillo (Dasypus novemcinctus) excavando un agujero:

Vamos a recoger las cámaras trampa, primero por en la lancha por los canales y luego trepando por el manglar:





Adulto de Clelia clelia de gran tamaño (al menos dos metros)escapando entre la vegetación

Llegada al puerto de Las Garzas y fin de la expedición: