Durante el mes y medio que
permanecimos viviendo y viendo migración en Chichicaxtle, también hicimos
alguna que otra excursión de menor envergadura con el objetivo de ver otras
especies animales o, simplemente, de vivir otros aspectos de la migración aquí
en Veracruz. Debido al retraso en la publicación de las entradas, hacemos aquí
un resumen de estas excursiones y de otra fauna observada durante nuestra
estancia.
Durmiendo en Cansaburro
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Fogata y tienda de campaña montada en el escondite de visitantes |
En dos ocasiones (15/10 y 30/10) aprovechamos la asistencia a la estación de
anillado de Cansaburro para quedarnos a dormir allí y colaborar también en los
trampeos del siguiente día. En estos casos, la decisión fue motivada
principalmente por la continua presencia de huellas y excrementos de zorro gris
(Urocyon cinereoargeteus) encontrados
alrededor de las trampas todas las mañanas.
Decidimos que podría ser una buena
oportunidad para intentar verlo y, aprovechando algún señuelo pasado a mejor
vida en el desempeño de su trabajo, en ambas ocasiones preparamos rastros
olorosos y cebos para atraerlo a nuestro escondite.
Funcionó, pero con algunos matices.
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Huellas de zarihuella |
La primera noche que pasamos en la
duna, conseguí ver una zarigüeya o tlacuache (Dydelphis marsupialis) rondando las trampas en plena noche, y por
la mañana sus huellas estaban por todas partes donde estaba preparado el rastro
oloroso, habiéndose comido o llevado el cebo en su totalidad.
La segunda noche no vimos nada,
pero por la mañana temprano el cebo había desaparecido, y los rastros del zorro
llegaban hasta muy cerca de donde nosotros dormíamos.
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Preparando el fuego para hacer la cena |
A pesar de no ver a nuestro
objetivo, en las dos ocasiones tuvimos muy buena noche, con cielos estrellados
y el viento en calma; y pudimos disfrutar de una fogata y de una comida
cocinada en el fuego de leña. Además, por las mañanas, disfrutamos de los
primeros vuelos de las aves migratorias, con zopilotes de cabeza roja (Cathartes aura), aguilillas cuaresmeñas
(Buteo swainsonii), águilas
pescadoras (Pandion haliaetus) o los
dos tipos de accipiter (Accipiter cooperi
y A. striatus) pasando sobre
nosotros a muy baja altura, grandes bandos de palomas y tiranos cubriendo el
cielo en las primeras horas del día y muchas aves acuáticas como pelícanos (Pelecanus erythrorhynchos) e ibis (Eudocimus albus).
Excursión al Caño Gallegos y la Laguna de La Mancha
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Dunas litorales entre la playa y la zona pantanosa en la laguna de La Mancha |
Tras muchos días viendo desde la
estación de trampeo como las aves migratorias pasaban a muy baja altura e
incluso bajaban a dormir en distintas partes de la Sierra de Manuel Díaz,
decidimos hacer una excursión de un par de noches a alguno de los cerros que la
forman, con la idea de acercarnos más a la migración y de aprovechar también para
hacer alguna espera a los chacales (Canis
latrans), a los zorros grises y a los ciervos de cola blanca (Odocoileus virginianus).
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Zopilote de cabeza roja a ras de suelo |
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Sahara delante de la tienda, bajo la higuera |
Llegamos el día 26/10 a
primera hora de la tarde y comenzamos a subir con el sol sobre nuestras
cabezas. Al poco, nos dimos cuenta de que el camino se encontraba totalmente
invadido por la vegetación a causa de la falta de uso. Pronto tuvimos que
darnos por vencidos y aceptar que debíamos olvidarnos de todos nuestros planes.
Imposible hacer una espera ni ver ningún animal terrestre a causa de la altura
de la vegetación herbácea, más alta que nosotros mismos. Tampoco nos fue
posible subir muy alto en el propio cerro y montamos la tienda en el único
lugar en que encontramos una pequeña porción de terreno llano y más o menos
despejado bajo una higuera (aunque tuvimos que desalojar a unas cuantas vacas
que ocupaban la única sombra de la zona).
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Formación de pelícanos sobre la luna |
Aun así, el espectáculo que nos
ofrecieron las especies migratorias compensó con creces las incomodidades que
tuvimos que pasar. Tuvimos casi al alcance de la mano a prácticamente todas las
especies de rapaces que en estos días migran por Veracruz, con nuestras mejores
observaciones para algunas de ellas, como el gavilán pico gancho (Chondohierax uncinatus) o el aguililla
de cola roja (Buteo jamaicensis).
Por la noche una pequeña rapaz
nocturna, el Glaucidium brasilianum,
comenzó a cantar en la higuera que nos cubría, así que salí a charlar con ella
imitando su reclamo para ver si la veía, pero lo dejé unos 10-15 minutos más
tarde, cuando una probable serpiente de cascabel (Crotalus sp.) me “propuso” con su sonido que me fuera a la cama.
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Flor de nenúfar en una de las pequeñas lagunas de La Mancha |
A la mañana siguiente decidimos
recoger el campamento, cambiar nuestros planes e irnos a conocer la laguna y la
playa de La Mancha, un poco más al norte de la estación de anillado. En esta
laguna litoral de agua salobre conectada con el mar por la influencia de las
mareas, es posible observar grandes números de individuos de paseriformes
migratorios, además de aves acuáticas y marinas, coyotes, zorros y distintas especies
de anfibios y reptiles.
Aparte de las aves observadas,
disfrutamos de la gastronomía costera de Veracruz (o sea, pescados y mariscos);
de algún baño en el mar, a pesar del fuerte oleaje; de la dormida en la playa y
de los senderillos habilitados en la zona pantanosa de manglar adyacente a la
duna, donde observamos un par de serpientes que no pudimos fotografiar ni
identificar.
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Subiendo a una liana matapalo, ya hecha árbol |
La noche pasada en La Mancha
coincidió con fin de semana, y por la noche nos encontramos con Eduardo y Lety,
que suelen visitar la laguna para pescar aprovechando que están en Chichicaxtle
para atrapar rapaces en la estación de anillado, acompañados de Irvin y Pilar,
que se sorprendieron bastante de vernos allí, ya que teníamos previsto pasar también
esta noche en la sierra.
También aquí conocimos a Otilio,
otro miembro de Pronatura que se ofreció para acompañarnos (y llevarnos en su
coche) a observar anátidas en un par de lagunas de agua dulce existentes en la
zona: la laguna del Farallón y la laguna del Llano, con la suerte de que luego nos llevó
hasta Chichi aprovechando un viaje que debía hacer a Xalapa. No nos podía haber
salido mejor…
Una noche de pesca
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Pescando al curricán en un pequeño muelle. Eduardo, Pilar, Dayán e Irvin |
En una de las excursiones de pesca que Eduardo y diversos compañeros realizaban a la laguna de La Mancha los fines de semana por las noches, se les unió Carmen. En esta ocasión, el 3 de noviembre, además de Eduardo y ella, participaron Irvin, Pilar y Dayan.
Lo primero es conseguir el cebo. Para ello Eduardo se mete en el agua de la laguna hasta poco más arriba de las rodillas y con ayuda de una atarraya (red circular que se lanza al voleo) captura rápidamente un número suficiente de pequeños pescaditos adecuados para tal fin.
Tras esto, empieza la pesca propiamente dicha. Bueno, esta vez se queda en intento, ya que la marea está bajando y los peces objetivo regresan al mar cuando esto sucede.
La primera en pescar es la novata, Carmen con la suerte del principiante, que consigue un par de capturas, de las que solo sirve una para consumo. Dayan también captura un pescado, pero tampoco tiene valor culinario y es devuelto al mar.
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Limpiando el resultado de la pesca (foto de Sahara) |
A pesar del bajo éxito en las capturas, Carmen disfruta mucho de esta excursión en la que pudo participar por primera vez en la pesca con atarraya y al curricán, técnica que utilizaron en un pequeño puerto en vista del escaso número de capturas en la laguna.
Desde luego, Sahara, al día siguiente. da buena cuenta de la captura que su mamá consiguió durante la noche de pesca.
Excursión pajarera a la playa de Juan Ángel
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Irvin, Cash, Sahara, Carmen y yo (foto Pilar Gonzalez) |
El día 04/11 Irvin, Pilar y Cash nos proponen acompañarles en una excursión a la
playa de Juan Ángel, para intentar ver un tiránido migratorio muy peculiar
por las grandes plumas ahorquilladas de su cola (Tyranus savanna), además de distintas limícolas y aves marinas.
Disfrutamos de un bonito paseo todos juntos y vimos todo lo que esperábamos, aumentando
nuestra lista de aves en varias especies.
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El pequeño indio paseando por la playa |
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Comida de mar |
Además, volvimos a saborear los
manjares de la costa e incluso intentamos pescar algo en el río, aunque sin
ningún resultado positivo.
Al final, disfrutamos de un buen
día diferente para variar un poco nuestra rutina de las últimas semanas, y
Sahara hasta se mojó un rato en el agua del mar.
Visita a Zempoala
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Toda la familia junta |
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Con un templo detrás |
El día 12/11,
ya al final de nuestra estancia en Chichicaxtle, visitamos las ruinas de
Zempoala, antigua ciudad Totonaca cercana a Cardel. Esta antigua ciudad fue el
centro político-religioso más importante de la región durante el período
Posclásico a partir del 800 D.C. y el primer poblado de importancia visitado
por Hernán Cortés a principios del siglo XVI.
Los edificios de esta antigua
ciudad están construidos con piedras de río unidas con mortero y aplanadas con
la cal que producían a base de quemar conchas y caracoles. Esta forma de
construir hace que las ruinas que podemos admirar hoy en día se vean muy
atractivas con sus formas redondeadas.
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Escalando por todas partes |
Pasamos buena parte de la tarde
paseando por el recinto, amurallado desde la época en que estaba habitado y
viendo los distintos edificios, jugando con el enano y observando pájaros antes
de volver a casa, satisfechos con la visita a pesar de que el museo que contiene
los distintos artilugios encontrados en la ciudad (como las caras esculpidas en
piedra que adornaban alguno de los edificios) estaba cerrado por ser lunes el día de descanso.
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Sahara no paró de correr y se recorrió varias veces todo el complejo... ¿o eran varios? |
Otras cosas
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Tarántula, serpiente Drymobius margaritifera, araña y mariposa nocturna |
Aunque estuvimos bastante centrados
en la observación de la migración y el trampeo de rapaces, algunos días nos
acercamos al río que pasa por las afueras de Chichicaxtle para hacer esperas a
la nutria (Lontra longicaudis), de la
que encontramos rastros en la orilla; o caminamos por los alrededores del
pueblo intentando ver fauna (sobre todo, buscando rastros de coyote, aunque
también vimos huellas de mapache (Procion
lotor) y tacluache o zarihuella.
Con estas esperas y pateos no
obtuvimos los resultados esperados, aunque pudimos disfrutar de una buena
observación de halcón reidor (Herpetoteres
cachinnans) y de halcón murcielaguero (Falco
rufigularis) , entre otras.
En el río, pude disfrutar una tarde de cómo las garcillas bueyeras (Bubulcus ibis), acompañadas de otras ardeidas y cormoranes, ocupaban un par de árboles en la orilla para dormir, llegando a reunirse más de 600 pájaros.
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Macho del carpintero Sphyrapicus varius |
Siguiendo con las aves, tenemos que
destacar la observación del pequeño colibrí Dorica
eliza y de la matraca Campilorhinchus
rufinucha rufinucha, ambos endémicos de esta zona; y del pequeño búho Glaucidium brasilianum, del tamaño de un
gorrión, y al que conseguimos ver utilizando un reclamo después de varios
intentos y de muchas noches escuchándolo. Además, un día pudimos observar de
cerca y Sahara liberar algunos pequeños pájaros atrapados en las redes que
colocaron unos investigadores para capturar a los pequeños colibrís endémicos.
No tuvieron suerte, pero pudimos disfrutar de dos o tres especies de aves en la
mano, entre ellas un bonito pájaro carpintero.
En cuanto a los mamíferos, pudimos
ver una noche un tacluache al lado de casa, que debía visitar la jaula de las
palomas utilizadas como cebo en las trampas bastante a menudo. También desde la
casa escuchamos brevemente a nuestros primeros coyotes, que a pesar de estar
presentes en la zona, son muy difíciles de localizar.
A un par de cientos de metros de
nuestra casa, y frente a la de Lucero, pudimos ver un dormidero de unos pocos
individuos del murciélago Artibeus
jamaicensis en un árbol de mango (Mangifera
indica), que visitaban a menudo un guanábano (Annona muricata) de nuestro patio para alimentarse de sus frutos,
aunque nunca conseguimos pillarlos in fraganti a pesar de escucharlos todas las
noches y ver como caían los restos de su festín.
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Drymobius margaritifera |
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Pequeño cocodrilo |
Cerca de la casa vivían numerosas
iguanas negras (
Ctenosaura acantura o
C. similis) y verdes (
Iguana iguana) que se veían
prácticamente a diario. También entre los reptiles, pudimos ver y capturar una
mañana una serpiente
Drymobius
margaritiferus muy guapa debajo del observatorio, a la que vimos con calma
antes de liberarla en el mismo sitio. Una especie nueva de cocodrilo (
Crocodylus moreletti) vive en esta parte de México, y nosotros pudimos observar un par de ejemplares en el camino de entrada a la estación de anillado.
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Tarantula (puede que Aphonopelma anitahoffmannae o
Brachypelma epicureanum ) |
Otra fauna de interés la
constituyeron los insectos y los arácnidos, de los que vimos muchos y muy
variados, sobre todo porque a Sahara le encantan y siempre está descubriendo
bichos nuevos. Entre las arañas, destacamos una tarántula de buen tamaño que
entró una noche en la casa y otra sin identificar que cargaba a sus crías sobre
la espalda, de las cuales tenemos fotos.
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