miércoles, 8 de enero de 2014

ISLA DE UTILA. LA ADICCIÓN DE BUCEAR


Paradise Divers. El barco de buceo en el embarcadero, y Carmen con Sahara Ugatz remando en el kayak delante de la casa y club de buceo, donde vivimos por tres semanas.

Foto de grupo en un día de buceo con Chicha, Linda, Sergio (delante), Pisa, Carmen (detrás), Juan Pedro, Marta, Juanito, Ana y yo, Marcos (arriba)


Llegar a la isla de Utila no es tan barato como creíamos. 
Al menos para estar en un país como Honduras. 
Eso fue lo primero que pensamos cuando el taxi que nos trasladó a toda pastilla desde el autobús en el que veníamos de San Pedro Sula hasta el muelle de pasajeros, nos dejó frente a la taquilla del ferry en La Ceiba, con el tiempo justo para comprar los billetes apresuradamente y meternos en la embarcación.



Nada más llegar a esta isla ubicada en el Golfo de Honduras, sobre la costa caribe, visitamos los dos clubes de buceo que nos han recomendado otros viajeros, preguntando los precios y comparando las condiciones bajo las que podríamos bucear con cada uno de ellos, ya que lo que nos ha traído hasta aquí es la oportunidad de realizar inmersiones de cierto nivel a unos precios muy asequibles.


Hamaca en la terraza de la casa
Nos decidimos por Paradise Divers (http://www.paradisediversutila.com), principalmente porque nos ofrecen la posibilidad de que Sahara se quede con los nietos de la propietaria mientras nosotros buceamos, aunque también tenemos en cuenta que es el club más barato de la isla y que Pisa, el instructor, sevillano, nos da bastante buen rollo. 
Compramos un paquete de diez inmersiones cada uno (luego amplíamos alguna más), que incluye el alojamiento gratuito durante los días en que buceamos, aunque al llegar no imaginábamos que nuestra estancia se prolongaría durante las siguientes tres semanas.


Juan Pedro, Juan y Pisa


Casi todos los españoles y casi todos los “pintas” que llegan a la isla acaban en este club, donde se forma un ambiente de lo más agradable y familiar, y todos podemos hacer pandilla, ya que Sahara tiene amigos con los que jugar a todas horas y nosotros compañeros con los que bucear, tomar algo y jugar mucho al ping pong y a los dados, además de compartir cenas especiales con cada excusa que se presentaba.



Chicha, Dani, Juan y Marta atendiendo una paella de mariscos


Pisa, el instructor y responsable del centro; Juanito y Marta (con la que Sahara hizo muy buenas migas), una pareja de catalanes con los que tuvimos muy buen rollo; Chicha, tatuador hondureño de Tegucigalpa; Dani, cantautor barcelonés; Moni, guatemalteca radicada en la isla; Juan Pedro, bartender en locales de alto nivel en Barcelona; Sergio, artesano argentino; o Christian y Ana, pareja de chileno y francesa que trabajaban como instructor y divemaster en el club; son algunas de las personas con las que convivimos durante prácticamente todo el tiempo que pasamos aquí, y que hicieron de la isla de Utila uno de los lugares en los que más socializamos en todo el viaje. 

"Socializando"


Marta y Sahara

Chicha, Tatiana, Pisa y la pareja de australianos
Además, coincidimos con una pareja de australianos que ya habíamos visto en el Lago Atitlán (y que volveremos a ver en Ciudad de Panamá), muy majos, aunque nos separó la barrera idiomática; y bastante más gente con la que coincidimos menos tiempo, como el grupo de granadino-malagueños dicharacheros que nos han pasado algunos de los vídeos de esta entrada o las dos simpáticas chicas catalanas y los tres cooperantes gallegos que llegaron al final de nuestra estancia.




Ana, Pisa, Christian, Chicha y alguien más



Tenemos que agradecer a Karen, la madre de Bibi (Joshua, en la foto a la izquierda) y a Rosa, la abuela de este y de Obet (a la derecha en la foto) y propietaria del club, por encargarse de Sahara mientras nosotros buceábamos, y por llevárselo de paseo por la isla cada vez que quería acompañar a sus amigos. 

Para él, fue una experiencia fantástica el poder tener un grupo de amigos con los que jugar durante una temporada más o menos larga, y casi no se separaban desde que se levantaban hasta que se iban a la cama.






Siempre de un lado para otro en el quad de Rosa

Carmen (detrás) y yo siguiendo al grupo 
El buceo en la isla de Utila es espectacular, a pesar de que no hay mucha fauna de gran tamaño.
Los paisajes de los fondos coralinos son impresionantes, formados por unas 65 especies de corales duros, 350 de moluscos y más de 500 de peces, por poner algunos ejemplos. 
Seguimos en el Sistema Arrecifal Mesoamericano, la barrera de coral de mayor tamaño del hemisferio norte y la segunda más larga del mundo, solamente por detrás de la Gran Barrera Australiana, y esto se nota en la biodiversidad que nos rodea en cada inmersión.


Pez Ángel Reina (Holacanthus ciliaris). J. Pisa

Espirógrafos o plumas de mar. J. Pisa

Barracuda (Sphiraena sp.). J. Pisa

Coral cerebro (Lobophylia sp.)


Vídeo de una de las inmersiones

Fue aquí donde tuvimos nuestra primera experiencia en un barco hundido, el Halli Burton, que descansa sobre el lecho marino a unos 30 metros de profundidad y en el que pudimos entrar en la gran bodega y en los distintos niveles de la superestructura donde se encuentra el puente. 
En este barco vimos una de las tortugas de carey (Eretmochelys imbricata) que nos acompañaron en alguna inmersión, y que en esta ocasión descansaba en uno de los niveles más altos del pecio.


Es en sitios como Utila donde más engancha el tema del buceo. 
Además de la gran cantidad de especies de fauna marina que observamos y disfrutamos, el hecho de estar rodeados de buceadores todo el día, de vivir en el centro de buceo, y el que a nuestro alrededor haya un montón de gente sacando nuevas certificaciones y hablando de lugares mágicos en los que sumergirse a lo largo y ancho del planeta; hicieron que nos planteáramos de nuevo el sacar la titulación de “divemaster”, con la que podríamos trabajar como guías de buceo en cualquier lugar del mundo. 

Sopesamos los precios e intentamos cambiar las certificaciones por trabajo en el centro de buceo, pero se nos adelantaron y no tuvimos opción. 
Finalmente decidimos que no era el momento y que debíamos continuar con nuestro viaje, así que dejamos pendiente para el futuro esa posibilidad, con la que nos abriríamos nuevas opciones laborales muy interesantes.


Preparados para ir al agua

¡Guapo, eh!

Preparando el equipo





Otro de los alicientes de nuestra estancia en Paradise, fue la posibilidad de usar el kayak y el equipo de snorkel siempre que nos viniera en gana, así que los días que no buceábamos, salíamos a remar hasta las boyas de buceo, donde nos sumergíamos con aletas, gafas y tubo, y disfrutábamos casi tanto como buceando. 



Otro punto de snorkel que recorríamos a menudo era el de los numerosos embarcaderos de madera situados a lo largo de toda la bahía, para lo que podíamos salir nadando desde el propio club, donde también vivíamos. 
Bajo estas pasarelas, encontrábamos langostas (Panulirus argus), caballitos de mar de hocico largo (Hippocampus guttulatus), guarderías de alevines de diferentes especies, calamares (Sepia sp.), alguna raya (Urobatis jamaicensis) y hasta el altamente venenoso y potencialmente mortal pez piedra (Synanceia sp.).

Caballito de mar de hocico largo. J. Pisa

Calamares. J. Pisa

Langosta. J. Pisa

Pez piedra. J. Pisa


Raya águila moteada. J. Pisa
Incluso nuestro pequeño salió con nosotros en alguna ocasión, y pudo ver cientos de peces de todos los tamaños, formas y colores, alguna raya águila moteada (Aetobatus narinari), caballitos de mar y hasta alguna morena verde (Gymnothorax funebris), todo en medio de unos paisajes coralinos que le cautivaron tanto como a nosotros (le encantaba ver como se escondían los espirografos o plumeros marinos (familia Sabellidae) con solo aproximarnos). 




Preparado para saltar al agua

Sahara y papá snorkeleando en el arrecife

Con el kayak recorrimos repetidas veces la costa cercana al pueblo y hasta nos metimos un día por el canal que une la costa sur con la norte por el medio del manglar, para darnos un baño en las aguas del norte de la isla.







Butorides virescens




Durante nuestra estancia en la isla, intentamos colaborar como voluntarios en alguna de las asociaciones conservacionistas que existen, aunque sólo cuajó el participar en una noche de vigilancia en una pequeña playa de anidación de tortuga carey con BICA (Bay Island Conservation Asociation), una asociación que protege estas tortugas. 




Carmen y Sahara estuvieron sólo unas horas, pero yo me quedé con Marta, Juan Pedro y Geene, el responsable, patrullando la playa cada hora entre cabezada y cabezada, aunque no salió ningún quelonio a desovar. Lo que sí pudimos ver fue el nacimiento de dos pequeñas en un nido que tenían controlado, a las que Sahara pudo ayudar a llegar al mar sanas y salvas.







Del resto, la vida en Utila transcurrió tranquilamente, entre baños en el mar, cervezas en el bar y muchas conversaciones en torno al buceo recreativo. 
En cuanto a la comida, disfrutamos casi a diario del pescado fresco que “Zorro”, un pescador local descendiente de antiguos piratas ingleses (como una gran cantidad de los habitantes de las Islas de la Bahía), traía puntualmente al embarcadero del Paradise después de la jornada de pesca. 
Jureles, meros y, sobre todo, bonitos, formaron parte habitualmente de nuestras comidas isleñas, siempre super frescos y a un precio de risa.

Sahara y Joshua con el Zorro

Fileteando bonitos




El momento de la partida, varias veces pospuesta, llegó el domingo día 1 de septiembre, así que después de terminar de recoger nuestras cosas, y de las obligadas despedidas (y un poco resacosos después de la “despedida oficial” de ayer), partimos hacia tierra firme en el viejo carguero que dos veces por semana transporta mercancías entre la costa y la pequeña isla, y que nos sale mucho más barato que el ferry que realiza el mismo trayecto. 


Albúm (gracias a todos los que nos pasaron fotos para usar en este blog: Ana, Christian, Juanito, Marta, Juan Pedro, los malagueños, y especialmente a Joaquín Pisa, por todas las fotos de peces, que están identificadas con la leyenda J. Pisa):
Preparándonos para bucear:






Y al agua...

Bajo el agua:








La vida en Utila:
Nuestra primera habitación, algo apretada

De paseo

Graffiteando

Con la obra terminada

Comiendo en la zona común

Al rico pescadito fresco

Hora de la siesta

Chicha tatuando a Christian


Los filetes de pescado del Zorro

Feliz volviendo a liberar tortuguitas

Carey minúscula

Camino de la vida

El barco y el mar, compañeros de juegos

Con Bibi (Joshua)

Contentos después de una inmersión

Viendo como el Zorro limpia un mero

Pisa y Moni. Detrás, los demás

Fiesta en BICA

Taller de reciclaje

Dani y Sergio tocando en la fiesta de BICA

La pandilla inseparable

De paseo en el quad

Jugando al ping pong

Con Marta

Nos vamos a snorkelear en el barco de buceo

Remando

Llegando a casa

Y fueron piratas, pescadores, marineros y naufragos....

Morena amarilla y negra (), en el embarcadero

Visitando un local con curiosas decoraciones:




Cena con paella de mariscos:









Y toca irse:





Llegando a La Ceiba

A punto de atracar

Peces y fondos:
Anémona (Anemone sp.). J. Pisa

Ángel maravilla (Holacanthus tricolor). J. Pisa

Pez ángel gris (Pomacanthus arcuatus). J. PIsa

Anguila de jardín marrón (Heteroconger longissimus). J. Pisa

Pez ardilla (Holocentrus rufus). J. Pisa

Arlequín (Serranus tigrinus). J.Pisa

Pez ballesta (Canthidermis suflamen). J. Pisa

Pez ballesta negro (Melichthys niger). J. Pisa

Pez ballesta reina (Balistes vetula). J. Pisa

Pez ballesta gris. J. Pisa

J. Pisa

Caballito de mar de hocico largo (Hippocampus guttulatus). J. Pisa

Calamar. J. Pisa

Calamar. J. Pisa

Peces cirujanos (Acanthurus coeruleus). J. Pisa

Pez cofre (Rhinesomus triqueter). J. Pisa

Coral cerebro (Faviidae). J. Pisa

Coral cuerno de alce (Acropora palmata). J. Pisa

Jureles (Pseudocaranx sp.). J. Pisa

Lenguado (Poecilopsetta inermis). J. Pisa

Pez lima (Aluterus scriptus). J. Pisa

Pez lima  J. Pisa

Anguilas de jardín. J. Pisa

Pez mariposa (Chaetodon sp.). J. Pisa

Peces mariposa (Chaetodon ocellatus). J. Pisa

Mero (Epinephelus striatus ). J. Pisa

Morena verde. J. Pisa

Morena moteada (Gymnotorax moringa). J. Pisa

Morena moteada (Gymnotorax moringa). J. Pisa

Morena verde. J. Pisa

Morena verde. J. Pisa

Morena verde. J. Pisa

Banco de peces. J. Pisa

J. Pisa

Banco de peces. J. Pisa

Pez ángel gris. J. Pisa

Pez ángel reina. J. Pisa

Pez ballesta negro. J. Pisa

Pez ballesta (Balistapus sp.). J. Pisa

Pez cofre torito azul (Acanthostracium poligonius). J. Pisa

Pez cofre (Acanthostracium quadricornis). J. Pisa

Pez globo (Tetraodontidae). J. Pisa

Tamboril gallinita (Canthigaster rostrata). J. Pisa

Pez león (Pterois volitans), un peligroso invasor que amenaza la salud del arrecife. J. Pisa

Pez loro (Sparisoma viride). J. Pisa

Raya águila moteada. J. Pisa

Rayas águila moteadas. J. Pisa

Pez tambor (Equetus punctatus). J. Pisa

Pez tambor. J. Pisa

Tortuga verde (Chelonia mydas). J. Pisa

Tortuga verde. J. Pisa

Pez trompeta (Aulostomus maculatus). J. Pisa

Bonito y abundante gasterópodo. J. Pisa

 J. Pisa


Peces cirujanos










Vídeos:
Saliendo a bucear:

Sahara haciendo su primer grafitti, con Christian y Ana:

Remando entre manglares, por el canal que conecta las costas sur y norte de la isla

Saliendo a mar abierto, en la costa norte:

El Zorro limpiando bonitos: 

Inmersión en el arrecife:


Inmersión en barco hundido:

Pequeñas tortugas de carey dirigiéndose hacia el mar:




Macho de iguana negra (Ctenosaura similis) marcando su territorio:

Grupo de peces cirujano:

Pez tambor:

Caballitos de mar:



Raya redonda:



2 comentarios:

  1. Chicos, es espectacular. Me ha encantado la entrada. Lo de las tortugas es maravilloso. Nosotros tuvimos la oportunidad de verlas desovar durante nuestro viaje a Costa Rica y tuvimos además la suerte de poder observar todas las fases del proceso: cómo llegaban a tierra, escavaban el nido, desovaban, lo tapaban, se iban y cómo decenas de minitortugas intentaban alcanzar la orilla. Es muy especial. Enhorabuena por vuestro viaje y por las entradas, me encantan! Besines!

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  2. Hola familia. Que excelente manera de empezar el año ! Que experiencias más ricas nos cuentan, preciosas fotos y videos. Gracias por compartir tanta alegría. Os escribimos desde www.familiasenruta.com Nos han hecho rememorar nuestro paso por Centroamérica cuando nuestra pequeña LLuna tenía 3 años.

    Nos encantaría contactar con vosotros, a ver de qué manera pudiéramos. Nuestro email es contacto(@)familiasenruta.com Hasta entonces...

    Salu2 viajeros...y a seguir disfrutando

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