Vista de la laguna desde el Crooked Tree Lodge |
El nivel del agua en la laguna de
Crooked Tree está bajo mínimos
(a menos de un 10% de su capacidad), y la mayor parte del área inundable se
encuentra seca y agrietada por el fuerte sol característico de esta época del
año. A pesar de esto, tanto la lámina de agua como su entorno mantienen una
enorme cantidad de vida, apreciable para los visitantes por la gran abundancia
de aves presentes en la zona.
Andarríos maculado |
Halcón reidor |
Pitangus sulphuratus y Myiozetetes similis |
Pyrocephalus rubinus |
Algunos loros (como Amazona albifrons , A. oratrix, A. autumnalis , A. xantholora o Aratinga nana) cruzan el cielo en parejas o pequeños grupos de
pocos ejemplares, en busca de su desayuno en los árboles fruteros de los que se
alimentan, cruzándose en su camino con un águila negra mayor (Buteogallus urubitinga) que patrulla su
territorio.
Tántalos americanos |
En el agua, miembros de una docena
de especies más inician su actividad alimenticia, ocupando poco a poco sus
respectivos nichos ecológicos, mientras varios milanos caracoleros (Rostrhamus sociabilis) sobrevuelan la
planicie de barro reseco. Bajo su mirada, un cocodrilo de pantano (Crocodylus moreletti) flota en la
superficie del agua, en la zona más profunda, donde desaparecerá rápidamente
ante la presencia de cualquier peligro.
Un martín pescador de collar o martín pescador gigante neotropical (Megaceryle torquata) cruza velozmente sobre la lámina de agua, deteniéndose un instante en un vuelo cernido para después lanzarse en picado a por su presa, un pececillo al que remata con certeros golpes contra una rama antes de engullirlo.
Avanza la mañana y el aire se torna
cada vez más caliente, circunstancia que es aprovechada por los tántalos
americanos, que forman un cicleo de más de 450 individuos en una térmica,
acompañados al poco tiempo de gran cantidad de zopilotes negros (Coragyps atratus). Ambas especies se
distribuirán a lo largo y ancho de la zona inundada en busca de su alimento
diario.
En la orilla, algo más de 60 cormoranes neotropicales (Phalacrocorax brasilianus) descansan al sol acompañados de algunos ibis blancos (Eudocimus albus) y pagazas mayores (Sterna caspia), junto al lugar donde otros 25 miembros de su especie pescan y se alimentan sin descanso de los pequeños peces que pueblan estas aguas.
Docena y media de jabirús (Jabiru mycteria) permanecen inmóviles en
distintos puntos, como grandes centinelas de largas patas, plumaje blanco,
cuello rojo y cabeza negra coronada por un copete blanco. De repente, uno de ellos atrapa una gran anguila (Anguilla sp.) que se retuerce impotente en
su pico. La transporta volando hasta tierra firme, y uno de sus congéneres
aprovecha la circunstancia para acosarlo hasta que la suelta y así hacerse con
ella.
Un águila pescadora (Pandion haliaetus) sobrevuela la escena sin envidia, pues lleva entre sus garras una mojarra (Gerreidae) de buen tamaño que degustará en su atalaya favorita, lejos de las molestias humanas.
También en la orilla, entre las raíces de los árboles, algunos basiliscos (Basiliscus vittatus) activan sus cuerpos al calor del astro rey, mientras una paloma vinosa (Columba flavirostris) transporta ramitas como material para construir su nido en las ramas más altas de una acacia.
Un águila pescadora (Pandion haliaetus) sobrevuela la escena sin envidia, pues lleva entre sus garras una mojarra (Gerreidae) de buen tamaño que degustará en su atalaya favorita, lejos de las molestias humanas.
También en la orilla, entre las raíces de los árboles, algunos basiliscos (Basiliscus vittatus) activan sus cuerpos al calor del astro rey, mientras una paloma vinosa (Columba flavirostris) transporta ramitas como material para construir su nido en las ramas más altas de una acacia.
Es mediodía, y a pesar de que el
sol cae a plomo sobre sus cabezas, centenares de ardeidas pescan impasibles en
el centro de la zona inundada. Predominan las garcetas grandes (Casmerodius albus), aunque también
pueden verse garcillas bueyeras (Bubulcus
ibis), garzas níveas (Egretta thula),
garcetas azules (E. caerulea) y
garzas azuladas (Ardea herodias). La
abundancia de peces existentes en el agua debe ser increíble, pues una gran
cantidad de aves (además de los pobladores humanos) se alimentan de ellos día
tras día.
Pescador local |
Pequeños bandos mixtos de limícolas
(Calidris melanotos, C. mauri, C. pusilla,
C. minutilla, Tringa flavipes, Charadrius semipalmatus...) patrullan las
orillas sin descanso, volando cortos trechos para seguir con su búsqueda de
invertebrados en algún lugar cercano, mientras un par de tordos sargentos (Agelaius phoeniceus) voltean caracoles,
y algunas golondrinas mangleras (Tachycineta
albilinea) alternan rápidos vuelos con momentos de reposo en las cercanías
del agua.
Una pareja de tortolitas rojizas (Columbina
talpacoti) acude a beber al borde de la laguna, para aliviar un poco el intenso
calor sufrido a lo largo de la jornada, y un cenzontle sureño (Mimus gilvus) se introduce con una ceba
en la espesura de los matorrales.
En la sabana circundante, grupos de garrapateros (Crotophaga sulcirostris) descansan a la sombra en las cercanías de un rebaño de vacas, desde donde observan como una familia de urracas pardas (Cyanocorax morio) acosan a un gavilán chapulinero (Buteo magnirostris), que busca refugio de sus incómodas perseguidoras en la espesura del bosque.
Buscando pájaros |
Cenzontle sureño |
En la sabana circundante, grupos de garrapateros (Crotophaga sulcirostris) descansan a la sombra en las cercanías de un rebaño de vacas, desde donde observan como una familia de urracas pardas (Cyanocorax morio) acosan a un gavilán chapulinero (Buteo magnirostris), que busca refugio de sus incómodas perseguidoras en la espesura del bosque.
Caminando y pajareando a orillas de la laguna |
Un grupo de zopilotes negros se posa
cerca de un canal seco, probablemente en torno al cadáver de un gran pez, y
pronto se ven acompañados de un zopilote de cabeza roja (Cathartes aura) y dos de cabeza amarilla (C. burrovianus), con los que comparten los despojos. A poca
distancia de ellos, una iguana verde (Iguana
iguana) come algunas briznas de hierba que todavía se mantienen frescas en
el talud del canal.
Desciende un poco la temperatura, en parte gracias al viento fresco que se levanta en las primeras horas de la tarde y el martín pescador verde (Chloroceryle americana) aprovecha la circunstancia para intensificar sus esfuerzos de pesca, sin ejercer ninguna competencia con su primo mayor el martín pescador de collar, que también pesca durante todo el día.
Aumenta una vez más la actividad de
los pajarillos, y bolseros de diferentes especies (Icterus sp.) se mueven entre las copas de los árboles, junto con
tángaras azulejas (Thraupis episcopus)
y pájaros carpinteros (Melanerpes
pygmaeus, M. formicivorus o Dryocopus lineatus). Un colibrí colirrufo
(Amazilia tzacatl) se desplaza de
flor en flor libando el precioso néctar que le sirve como alimento. Algunas
tortugas de río (Trachemys sp.)
calientan sus cuerpos bajo los últimos rayos de sol antes de que la llegada de
la noche haga que descienda la temperatura.
Cae la tarde, y las jacanas centroamericanas (Jacana spinosa), dispersas y activas durante todo el día y con polluelos de diferentes tamaños, forman pequeños grupos de un par de decenas de individuos cada uno para pasar la noche juntas.
Un bando de fochas americanas (Fulica americana) se reúne fuera del agua, donde se alimenta, mientras los rascones cuelligrises (Aramides cajanea) dejan sus refugios diurnos para acercarse a la laguna y algunas cercetas aliazules (Anas discors) continúan con sus actividades alimenticias, desplazándose lentamente sobre el agua. Un aguililla canela (Busarellus nigricollis) vuela en dirección a su lugar de descanso, en la rama de algún árbol oculto en el bosque.
Cercetas aliazules |
Aumenta el número de caraos (Aramus guarauna), que ahora se ven por todas
partes, y aparecen bastantes garcillas verdes (Butorides virescens), mostrando su particular método de pesca,
acechando a los peces agachadas mientras mueven muy lentamente una pata tras
otra, tal y como si de un felino se tratase. Nuevamente se escuchan las
llamadas de los loros, que se retiran después de toda una jornada en busca de
alimento.
Garcilla verde |
Tras la puesta de sol, y antes de
que la luz se extinga, numerosos bandos de tántalos americanos, ibis blancos y espátulas
rosadas (Platalea ajaja) sobrevuelan
el área camino de sus dormideros en las copas de los árboles más altos. Desde
diversos puntos de la vegetación resuena la llamada de las chachalacas (Ortalis vetula), que despiden el día con
sus particulares gritos, un poco escandalosos.
Ibis blancos |
Ya de noche, y bajo la luz de la luna llena, cambia el turno de pesca, y pueden verse en el agua multitud de garcillas verdes y martinetes cabecinegros (Nycticorax nycticorax) cazando al acecho, junto con algunas espátulas rosadas que patrullan el lecho de la laguna con su pico plano en busca de los invertebrados de que se alimentan.
Fuera del agua, la noche es de los
tapacaminos comunes (Nyctidromus
albicollis), que proclaman sus dominios cantando, pudiendo escucharse su
reclamo desde todas las direcciones.
Distintas especies de murciélagos comparten el espacio aéreo con estas aves nocturnas, dirigiéndose a sus respectivas zonas de alimentación, en función del nicho explotado, pues insectívoros, frugívoros, carnívoros, piscívoros, nectarívoros e incluso vampiros conviven en el trópico americano.
Distintas especies de murciélagos comparten el espacio aéreo con estas aves nocturnas, dirigiéndose a sus respectivas zonas de alimentación, en función del nicho explotado, pues insectívoros, frugívoros, carnívoros, piscívoros, nectarívoros e incluso vampiros conviven en el trópico americano.
Salamanquesas, ranas y sapos hacen
el relevo a iguanas y lagartijas en su labor como controladores de insectos,
tan abundantes en los alrededores de las zonas húmedas y, con suerte, podremos
observar asomando del agua a la rara y nocturna tortuga de río mesoamericana (Dermatemys mawii), a la que nosotros no
vimos durante nuestra estancia en la laguna.
Esta narración es solamente una
muestra de la diversidad de pájaros que pueden observarse en un día cualquiera
y sin demasiado esfuerzo en Crooked Tree, aunque evidentemente el número de
especies presentes en la zona es mucho mayor. Nosotros pudimos observar unas
cuantas más de las que aparecen en el relato, aún viendo sólo una parte de las
que allí habitan.
Crooked Tree Lodge |
Además del pajareo, el lugar en el
que estamos acampados, el Crooked Tree Lodge, recomendado por nuestro amigo
Yeray, es un remanso de paz y tranquilidad al borde de la laguna. Está regentado por Mike
y Angie, una joven pareja muy agradable de inglés y belizeña, y sus hijos Cory,
de siete años, y Zac, de cinco, con el que Sahara hizo muy buenas migas y no se
separaron durante todo el fin de semana.
Para rematar el cuadro, nos permiten acampar gratis en un rincón de la propiedad donde podemos hacer fuego y nos hacen un precio muy especial en la exquisita comida que preparan, así que nuestra visita a esta laguna no podía ser más completa.
Intentando pescar frente a la casa |
No pasamos más que tres días en
este paraíso ornitológico en el que alternamos pateadas en busca de pájaros por
las orillas de la laguna con descanso y relax en las tumbonas del embarcadero,
pero no porque no se estuviera muy a gusto, sino porque una vez más tenemos
programada una entrada en el Parque Nacional Chiquibul con el proyecto de los
guacamayos. A pesar de que en el último momento Roni nos avisa de que se ha
estropeado el coche y no es seguro que podamos acompañarles, decidimos que
merece la pena arriesgarse e irnos a San Ignacio a esperar noticias. Creíamos
que era mejor que arrepentirnos de no hacerlo, pero al final, de lo que nos
arrepentimos es de abandonar el fantástico lugar del Crooked Tree Lodge.
Algunas fotos más:
Crooked Tree Lodge y laguna vistos desde el otro lado del canal |
Otra vista del Crooked Tree Lodge |
Casa principal y embarcadero |
Nada más llegar, Sahara Ugatz se metió en un pequeño lío. Cuando intentaba acercarse a una canoa en un pequeño canal a orillas de la laguna, el barro húmedo se lo tragó y se hundió hasta la cintura, así que su mamá tuvo que hacer un rescate de emergencia:
Sahara con sus amigos Zac, Cory y unos vecinos:
En la casa:
Y caminando por la laguna y alrededores:
Algunos pájaros:
Jabirús:
Grupo mixto de limícolas |
Garcetas grandes |
Cigüeñuelas |
Cormoranes |
Cormoranes, ibis blancos y pagazas |
Ibis blancos y cormorán |
Espátulas rosadas |
Jacanas:
Halcón reidor:
Martín pescador gigante |
Papamoscas de fuego macho |
Papamoscas de fuego hembra |
Carpintero yucateco |
Camino |
Atardecer:
Velada en el fuego |
Dos anfibios:
¡Hasta la próxima! |
Algunos enlaces a vídeos:
Rescate de Sahara en el barro:
Gran cicleo de tántalos americanos:
Sahara y su amigo Zac jugando en el sendero:
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