Peripecias de una familia viajera en busca de la fauna salvaje del Nuevo Mundo
domingo, 1 de junio de 2014
CARTAGENA DE INDIAS, PRINCIPAL CIUDAD COLONIAL DE COLOMBIA
La ciudad de Cartagena de Indias, fundada por los españoles en 1.533 a orillas del Mar Caribe, se
convirtió rápidamente en el puerto más importante del Nuevo Mundo y en una de
las principales puertas de entrada al continente americano.
Gracias a la ubicación
estratégica de su bahía, gran parte de los tesoros robados a los pueblos
indígenas pasaban por aquí en su camino hacia España.
Esto hizo que la ciudad
prosperase con velocidad, pero también que fuera uno de los principales
objetivos de corsarios, bucaneros y piratas, que la asediaban cada poco tiempo.
La respuesta de los españoles a este acoso fue la fortificación de la
ciudad, tanto por mar como por tierra, donde se construyeron escolleras y
kilómetros de murallas y fuertes, que salvaron la ciudad durante los siguientes
asedios y la convirtieron en la más reforzada de América del Sur y el Caribe.
Convertida en un puesto avanzado clave para el Imperio español, continuó
prosperando e influyendo grandemente en la historia de Colombia, mientras se
construían las casonas coloniales que todavía podemos observar hoy en día en
las calles de su casco antiguo, engalanadas con sus balconadas y grandes
puertas de madera. Esta herencia colonial hace que sea conocida como la ciudad más bonita de América, un título difícil de corroborar, pero también de desmentir. Lo que sí es cierto es que tiene rincones con mucho encanto, un encanto que también ayudan a mantener los carruajes de caballos que abundan en el casco viejo de la población. Pero tampoco es menos cierto que esta bonita fachada está rodeada por extensos arrabales de chabolas, donde la miseria es la nota dominante y donde la mayor parte de la población, compuesta por cientos de familias, viven con lo justo su día a día, ajenos a la prosperidad que el turismo aporta a Cartagena en el presente, mientras los turistas disfrutan de su visita ajenos a su vez de una realidad oculta a su vista y alejada de los circuitos convencionales.
Nuestras jornadas en
Cartagena de Indias transcurrieron tranquila y rápidamente, mientras conocíamos
cada una de las calles y los barrios del casco antiguo, buscando libros en los
puestos callejeros de segunda mano, pajareando en las ciénagas de los
alrededores y sumergiéndonos en el ritmo de vida de los artesanos y viajeros, con
los que cada noche nos juntamos en la Plaza de la Trinidad.
En esta plaza Sahara hace un montón de amigos, con los que también se junta y juega cada tarde mientras sus padres se toman una cerveza.
También es en esta plaza donde cada domingo se practicaba una clase gratuita de Zumba, mezcla de aerobic y baile de ritmos latinoamericanos como la salsa, la cumbia, la samba o el merengue, destinado a tonificar el cuerpo mediante la quema de gran cantidad de calorías.
Carmen y Sahara probaron un rato en cada una de las dos sesiones que vimos durante nuestra estancia y también se lo pasaron muy bien.
El día 26 de noviembre dejamos la ciudad después de pasar diez días conviviendo con sus habitantes mientras nos habituamos un poco al ritmo de vida colombiano.
Parte del casco viejo vista desde la azotea de nuestro alojamiento
Misma vista por la noche
Castillo o Fuerte de San Felipe de Barajas, impresionante obra de ingeniería militar
Paseando por las murallas que protegían la ciudad en épocas pretéritas
Antiguo reloj de sol
Vendedora de dulces
"Sombrerería"
Nuevo corte de pelo
¡A la rica fruta!
Dulcería
Aldaba en una puerta antigua
El cóndor, vigilante de la ciudad
Pegasos
Puerta colonial
Detalle de otra aldaba
Curiosa nube sobre Cartagena
Pescadores en la ciénaga
Fuerte de San Felipe de Barajas
Revoltijo en nuestra habitación
La terraza era para nosotros solos
Atardecer caribeño
Plaza de la Trinidad
Chimachima (Milvago chimachima) adulto
Chimachima juvenil
Algunos vídeos de la Zumba, de malabares y de Sahara jugando en la Plaza de la Trinidad:
Sahara que bien quedó con su nuevo look :)
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