martes, 12 de junio de 2012


JACÓ, UN LUGAR PARA OLVIDAR


Finalmente no hacemos la excursión a los manglares del Río Tárcoles. No es que sea excesivamente cara, pero por el precio que nos piden (que para nosotros es elevado), sopesamos que hemos visto muy buenas zonas de manglar en otros países, que tendremos más oportunidades en este, que las especies que podemos ver no son de las más difíciles y el espectáculo que hacen con los cocodrilos no nos parece digno para unos animales que se podrían comer al guía solo con proponérselo (a pesar de la cercanía con la que los observaríamos).
Además, Jacó es penoso. Caro, lugar de turismo de masas descerebradas, de desarrollo urbanístico especulativo y desmesurado, etc, etc, etc.
Supongo que os podéis hacer una idea; es lo contrario de lo que buscamos.
Nada más llegar, una guiri con hijos nos recomendó un apartahotel en el que se quedaba por 25 dólares la noche, muy barato para este pueblo. Me acerqué y confirmé el precio. Efectivamente, muy barato. Voy a por la familia y volvemos con todos los bártulos. Fantástico, tiene nivel, está completamente equipado, con piscina, una triunfada. Pues no, inexplicablemente, todo era un malentendido. No costaba 25 dólares, sino casi el doble; recogemos después de que Carmen y Sahara se den un buén chapuzón y la guiri nos sigue, indignada pues lleva ya cuatro noches allí a un precio que no se puede permitir…
Un peliculón…el dueño tuvo que flipar…
Y nosotros que solo queríamos descansar a placer después de los últimos maratones… Vuelta a caminar para buscar alojamiento, vuelta a recorrer calle tras calle preguntando precios. Y a cada vuelta, el sitio me gusta menos.
Pasamos una noche, no muy tranquila gracias a la música disco de un local cercano….y a la mañana siguiente escapamos como alma que lleva el diablo, no sin antes perder un par de autobuses (uno por minutos, el otro no paró y decidimos seguirlo en taxi rápidamente, sin éxito). Esto es patético. No nos lo podemos creer. Estoy que trino.
Me quedo comiendo en una soda y rumiando mi cabreo, mientras Carmen y Sahara, que ya habían comido, se dan una vuelta y ven unas ranas de flecha venenosas verdes y negras muy guapas (al fin algo bueno) antes de coger, esta vez sí, un bus en dirección a Quepos y al Parque Nacional Manuel Antonio.

Rana de flecha verde y negra

                                                         
Dendrobates auratus



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