DARIÉN. LA
ÚLTIMA FRONTERA SALVAJE (II)
Conociendo el Parque Nacional Darién
(25/07-01/08/12)
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Vistosa fauna del Darién |
Una vez que
tenemos dinero suficiente para poder organizar una expedición al interior del
Parque, nos dirigimos por fin a Yaviza, una semana después de nuestra llegada a
Metetí.
Pero nuestro
peregrinaje burocrático no termina aquí. Nada más dejar nuestras cosas en un
alojamiento, debemos reportar nuestra llegada en el cuartel de la policía, que
en esta zona funciona, actúa y se viste como un cuerpo militar en estado de
alerta. Entregamos una vez más nuestros pasaportes, y directamente nos informan
que a partir de aquí no se puede seguir sin un permiso de la oficina central del Servicio Nacional de Fronteras (SENAFRONT)
conseguido en persona en la Ciudad de Panamá. Por si fuera poco, nos amenazan
con que si nos localizan en algún punto más avanzado que este, nos deportarán
inmediatamente a nuestro país.
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Vista de parte del Parque Nacional Darién,
donde casi no conseguimos entrar. |
Abochornados
pero con la determinación de entrar en el Parque, vamos a la oficina del ANAM,
donde esperamos que nos solucionen las cosas, más teniendo en cuenta que esta
es la primera noticia que tenemos de que necesitamos ese permiso para
visitarlo.
Nada más lejos
de la realidad.
El director, un fantoche incapaz de localizar su mano derecha
en la oscuridad, se asusta nada más vernos entrar, no sabemos si por los
peinados, por las pinturas o simplemente porque ya estaba asustado de antes. El
caso es que si no han tenido capacidad para avisarnos de este inconveniente,
mucho menos para solucionarlo, así que deberemos apañarnos nosotros mismos.
Volvemos al
cuartel del SENAFRONT a preguntar si se podría solucionar desde aquí de alguna
manera, solicitando el permiso por vía telefónica o por medio de Internet, pero
el recibimiento es no sólo frío, sino incluso hostil, con descalificativos
incluidos. Harto de tanta incompetencia, no paso por que aún por encima me
insulte un payaso vestido de camuflaje y discuto un poco con los maderos, con
lo cual perdemos toda posibilidad de que nos faciliten las cosas, ya que la
conversación se termina cuando nos dicen que vayamos a Panamá y regresemos con
el permiso si es que queremos pasar al interior del Parque.
La verdad es que
no queremos rendirnos, y nos decimos que cuanto más difícil se ponga, mayores
ganas tenemos de entrar a este Parque Nacional Darién que ya nos está
pareciendo duro antes incluso de caminarlo.
Carmen se pasa
las siguientes cuatro horas de un lado para otro, consiguiendo en Internet los
teléfonos de la oficina del SENAFRONT en Panamá, llamando a uno y otro lado sin
conseguir repuesta, volviendo a las oficinas del ANAM a solicitar algún tipo de
ayuda, etc…y aquí es donde vuelve a cambiar la suerte y el mismo policía con el
que yo discutí se apiada de la pobre turista, hace un par de llamadas y le dice
que volvamos a Metetí, que desde allí nos van a conseguir el permiso.
Entre tanto, nos
informan en el pueblo de que prácticamente todos los días hay extranjeros que
se dan media vuelta sin poder pasar debido a no poseer este permiso por falta
de conocimiento. Veremos que pasa con nosotros…
Un poco
desconfiados volvemos a Metetí dejando todas nuestras
cosas en el alojamiento de Yaviza. El trato en este cuartel, por donde hemos
pasado ya media docena de veces, es mucho más amistoso y amable que en el de
Yaviza, y enseguida nos informan de que no creen que haya ningún tipo de
problema para conseguir el permiso, aunque señalan que esta no es la vía normal
y que esto es algo así como una excepción. Redactamos una solicitud en la que
indicamos nuestra motivación para entrar en Darién, la zona que queremos
visitar y el periodo de tiempo que estaremos dentro, así como nuestros nombres
y números de pasaporte. Ahora toca esperar la respuesta…dicen que en un par de
horas y que nos vayamos a Yaviza, que ya ellos hacen llegar la respuesta al
cuartel de allí…
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Sahara y sus amigos de Yaviza |
Aprovechamos
para comprar los víveres para los seis días que vamos a pasar en el Parque,
tanto para nosotros como para el guía que nos obligan a llevar por seguridad y
luego nos vamos a Yaviza, todavía sin noticias a pesar de que llamamos al
cuartel unas tres horas después de enviar la solicitud a las oficinas centrales.
Al menos Yaviza
es tranquilo y Sahara hace un montón de amigos con los que jugar, así que la
espera se hace un poco menos amarga. A pesar de todo esto, cuando nos acostamos
lo único que sabemos es que el permiso no llegó.
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Árbol con hongos en el Parque Nacional Darién |
27/07/12.- Hoy salimos
hacia el Parque, al menos en teoría, porque seguimos como ayer. No sabemos nada
del permiso y el ANAM nos vuelve a dar una muestra de su torpeza al tardar más
de dos horas en redactar su propio permiso de entrada al Parque Nacional y al
informarnos de repente en el último momento de que también debemos pagar el
alojamiento del guía que nos obligan a llevar. No aguanto más y salto a sus
yugulares, informándoles de una parte de lo que pienso de ellos y de lo
inútiles que me parecen. Además, con tanto ir y venir en autobús de un lado
para otro y pagar más días de alojamiento de lo que pensábamos, se nos va
ajustando el presupuesto y no podemos permitirnos ese gasto extra. Al final lo solucionamos
negociando con el guía, que es el que pierde, y por fin salimos hacia nuestro
destino, más tarde de lo planeado, ¡pero lo conseguimos!
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Transporte en piragua motorizada a El Real |
El viaje
comienza con una nueva visita al cuartel de la policía para dejar constancia de
que pasamos hacia el interior de la selva.
Luego, un bonito viaje río arriba hasta el
pueblo de El Real, donde nos reportamos una vez más en otro cuartel, y desde
aquí vamos en 4x4 unos cuantos kilómetros hasta que la pista es impracticable
incluso con tracción.
Ahora toca caminar unos siete kms más hasta la estación
de guardaparques de Rancho Frío, también llamada Pirre, lugar que será nuestra
casa durante los próximos días.
Allí conocemos a
un par de investigadores de la Sociedad Mastozoológica de Panamá (SOMASPA), que
están colocando cámaras trampa para controlar la población de pumas y jaguares
del Parque y con los que conviviremos durante nuestra estancia. Nos ponen los
dientes largos enseñándonos fotos de estos dos lindos gatitos y también de
ocelote, aunque la realidad es que nunca han visto un jaguar (uno de ellos tras
varios años de trabajo de fototrampeo en distintos lugares del país), y alguno
de los guardas de Darién tampoco, así que asumimos que en esta expedición no
conseguiremos resultados en ese sentido.
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Caminando por la selva |
El Parque
Nacional está muy guapo, constituido por selvas primarias y secundarias que nos
recuerdan mucho a las amazónicas. Todos los días caminamos por los senderos
existentes, recorriendo durante esta visita unos 35 kilómetros, aunque
con Sahara es complicado llegar muy lejos y ver fauna, a lo que se une que el
bosque es muy espeso y el sonido de las pisadas sobre la gran cantidad de
hojarasca que recubre el suelo delata nuestra presencia desde lejos. De todas
formas no somos los únicos que no observamos grandes animales, pues la gente de
las cámaras-trampa recorre grandes distancias todos los días desde antes de la
amanecida y tampoco consiguen nada. Además, la mitad de los días diluvió a
partir de las primeras horas de la tarde, con lo cual no pudimos aprovechar las
horas del atardecer.
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Zariguella común |
No obstante,
conseguimos muy buenas observaciones de mono nocturno (Aotus lemurinus), una especie de zariguella u oposum común (Didelphis marsupialis), un lagomorfo (Sylvilagus dicei) y algún roedor (Sciurus granatensis, Microsciurus alfari,
Proechimys semispinosus) entre los mamíferos
, además de monos cariblancas (Cebus capucinus), aulladores (Alouatta
palliata) y titís (Saguinus geoffroyi);
unas cuantas especies nuevas de aves, entre las que destacan el gavilán blanco
(Leucopternis albicollis), el búho
orejudo o penachudo (Lophostrix cristata),
el caracara avispero (Daptrius americanus),
el carpintero crestirrojo (Campephilus
melanoleucos), el guacamayo verde mayor (Ara ambigua) o algunas especies de trogones (Trogon sp.).
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La preciosa y temida equis, terciopelo o barba amarilla |
Fueron destacables los avistamientos de anfibios,
tanto en número de especies como de individuos; y los de reptiles, con especies
de serpientes tan emblemáticas como la equis (Bothrops asper), temida por todos y odiada por muchos en toda
américa latina, donde es uno de los ofidios que más muertes provoca entre la
población humana; o la patoca (Porthidium nasutum),
también mortal y que hace menos de un mes mordió a nuestro guía en un dedo de
un pié mandándolo tres días al hospital.
También es destacable el número y diversidad de insectos y arácnidos de este
Parque, que nos hacen detenernos cada dos por tres para admirarlos.
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Algunas de las muchas arañas que vimos en el Parque Nacional Darién |
Fue aquí que
realizamos nuestras primeras excursiones nocturnas de este viaje, y algunas de
las mejores observaciones en el Darién las hicimos en estas horas de la noche,
incluyendo todas las de mamíferos nuevos, muchos de los anfibios y la equis de
más de metro y medio enroscada en un lateral del camino.
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Críspulo haciendo una canasta de transporte |
Tenemos que
mencionar también a Críspulo, nuestro guía de la etnia emberá, que a pesar de no
ser profesional ni un guía específico de ornitología, se lo tomó muy a pecho, y
gracias a él pudimos observar muchas de las especies que escuchábamos durante
las caminatas. Una vez más, nos quedamos impresionados ante el conocimiento que
los pueblos indígenas poseen del medio ambiente que los rodea y nuestro guía lo
demuestra nombrando docenas de plantas y árboles y sus usos en la sociedad
emberá, identificando la práctica totalidad de aves que vemos y escuchamos
(algunas veces señalándolas en la guía sin dudarlo y sin equivocarse), los
rastros, voces y olores de los mamíferos y algunas de las ranas y los reptiles
que observamos.
En definitiva, una gran ayuda y un buen compañero de pateadas
por la selva con el que entablamos una buena relación durante estos días, a
pesar de que lo exprimimos un poco caminando mañana, tarde y noche.
Durante nuestra
última noche en el campamento, Sahara se pone malo, con más de 38 grados y
medio de fiebre y nos asustamos un poco, ya que ninguno de nosotros hemos tomado
profilaxis para la malaria y los mosquitos nos atormentan día y noche.
Decidimos
adelantar la partida a la primera hora de la mañana, pues pensábamos hacer la
última caminata en el Parque e irnos al mediodía. La suerte acompaña y resulta
que uno de los guardaparques tiene que ir al pueblo y nos ofrece a llevarnos en
el quad que usan para moverse por aquí. Sahara se encuentra algo mejor y la
historia se convierte en una nueva aventura, pues no solo vamos cuatro adultos
y dos mochilas en el vehículo, sino que el camino es un barrizal impresionante,
con lomas y riachuelos que cruzar, y mantener el equilibrio es un ejercicio
constante durante el trayecto. La verdad es que nos lo pasamos muy bien y
probamos un nuevo medio de transporte nunca usado durante nuestros viajes y de
los pocos que nos quedaban por utilizar.
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Críspulo y un gigante del bosque |
Con la
expedición terminada, podemos decir que no fue tan cañera como esperábamos
basándonos en experiencias anteriores (en la cuenca Amazónica, las selvas y el
Sahel senegalés, el Atlas marroquí, el Himalaya indio, los Andes o la Patagonia, entre otras), pero
como de costumbre la conseguimos organizar por un precio que ronda el 10% del
manejado por las agencias de viaje y/o aventura, con lo cual en ese sentido
quedamos muy satisfechos, aunque esperábamos ver algo más de fauna grande.
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Yaviza-El Real |
Después volvemos
a Yaviza en un bonito viaje río abajo en piragua a motor y todavía podemos ver
algunas aves y un cocodrilo babilla (Caiman
crocodilus) de buen porte tomando el sol en la orilla. Directamente recogemos
el resto de nuestras pertenencias que habíamos dejado en el alojamiento de
Yaviza y nos vamos en autobús a Metetí, donde visitamos el centro médico para
que chequeen a Sahara, que vuelve a estar febril.
Afortunadamente
la cosa no es grave y simplemente tiene una leve infección de garganta y algo
de oído que se solucionará con reposo y un antibiótico que nos recetan. De
todas formas el médico nos dice que no hay problema en viajar mañana a Playona.
Sorprendentemente
nos atienden enseguida, la visita al médico es gratuita y tampoco nos cobran
nada por los medicamentos, al no tener el niño todavía cinco años.
¡Un servicio
sanitario más eficaz que en España!
Y de la selva:
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Supercontento con su mochila natural |
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Y caminó con ella un buen rato |
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Matapalo, liana extranguladora (rodeando al árbol) |
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Siempre subido a las lianas... |
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...e inseparable de su lanza |
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Viendo una rana toro de buen tamaño |
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Rana toro (Leptodactylus savaget) |
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Distintas especies de ranas todavía no identificadas |
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Búho penachudo |
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Caracol plano |
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Diploglossus monotropis |
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Craugastor sp. |
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Escorpión negro (Centruroides sp.) |
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Bothrops asper |
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Cucaracha gigante (Blaherus giganteus) |
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Atelopus glyphus |
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Atelopus glyphus |
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Porthirium nasutum |
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Dactyloa frenata |
No me aburriré nunca de leeros. Se aprende un huevo!! Sahara es un campeón nato!!
ResponderEliminarNo me quiero imaginar la de horas que os echais para identificar todas esas especies. Por lo visto, los encuentros con la equis deben ser bastante fáciles. Toda la gente que conozco que estuvo ahi la observó!
Menuda paciencia para lidiar con ese personal pero por el 10% de lo que pagas por una agencia bien vale la pena. Seguid disfrutando del viaje y poniendonos los dientes largos. A ver si teneis más suerte con la fauna de pelo y colmillo.
Un abrazo grande a todos!