lunes, 20 de agosto de 2012


DARIÉN. LA ÚLTIMA FRONTERA SALVAJE (II)


Conociendo el Parque Nacional Darién (25/07-01/08/12)


Vistosa fauna del Darién

Una vez que tenemos dinero suficiente para poder organizar una expedición al interior del Parque, nos dirigimos por fin a Yaviza, una semana después de nuestra llegada a Metetí.

Pero nuestro peregrinaje burocrático no termina aquí. Nada más dejar nuestras cosas en un alojamiento, debemos reportar nuestra llegada en el cuartel de la policía, que en esta zona funciona, actúa y se viste como un cuerpo militar en estado de alerta. Entregamos una vez más nuestros pasaportes, y directamente nos informan que a partir de aquí no se puede seguir sin un permiso de la oficina central del Servicio Nacional de Fronteras (SENAFRONT) conseguido en persona en la Ciudad de Panamá. Por si fuera poco, nos amenazan con que si nos localizan en algún punto más avanzado que este, nos deportarán inmediatamente a nuestro país.

Vista de parte del Parque Nacional Darién,
donde casi no conseguimos entrar.
Abochornados pero con la determinación de entrar en el Parque, vamos a la oficina del ANAM, donde esperamos que nos solucionen las cosas, más teniendo en cuenta que esta es la primera noticia que tenemos de que necesitamos ese permiso para visitarlo.
Nada más lejos de la realidad. 
El director, un fantoche incapaz de localizar su mano derecha en la oscuridad, se asusta nada más vernos entrar, no sabemos si por los peinados, por las pinturas o simplemente porque ya estaba asustado de antes. El caso es que si no han tenido capacidad para avisarnos de este inconveniente, mucho menos para solucionarlo, así que deberemos apañarnos nosotros mismos.

Volvemos al cuartel del SENAFRONT a preguntar si se podría solucionar desde aquí de alguna manera, solicitando el permiso por vía telefónica o por medio de Internet, pero el recibimiento es no sólo frío, sino incluso hostil, con descalificativos incluidos. Harto de tanta incompetencia, no paso por que aún por encima me insulte un payaso vestido de camuflaje y discuto un poco con los maderos, con lo cual perdemos toda posibilidad de que nos faciliten las cosas, ya que la conversación se termina cuando nos dicen que vayamos a Panamá y regresemos con el permiso si es que queremos pasar al interior del Parque.

La verdad es que no queremos rendirnos, y nos decimos que cuanto más difícil se ponga, mayores ganas tenemos de entrar a este Parque Nacional Darién que ya nos está pareciendo duro antes incluso de caminarlo.
Carmen se pasa las siguientes cuatro horas de un lado para otro, consiguiendo en Internet los teléfonos de la oficina del SENAFRONT en Panamá, llamando a uno y otro lado sin conseguir repuesta, volviendo a las oficinas del ANAM a solicitar algún tipo de ayuda, etc…y aquí es donde vuelve a cambiar la suerte y el mismo policía con el que yo discutí se apiada de la pobre turista, hace un par de llamadas y le dice que volvamos a Metetí, que desde allí nos van a conseguir el permiso.
Entre tanto, nos informan en el pueblo de que prácticamente todos los días hay extranjeros que se dan media vuelta sin poder pasar debido a no poseer este permiso por falta de conocimiento. Veremos que pasa con nosotros…

Un poco desconfiados volvemos a Metetí dejando todas nuestras cosas en el alojamiento de Yaviza. El trato en este cuartel, por donde hemos pasado ya media docena de veces, es mucho más amistoso y amable que en el de Yaviza, y enseguida nos informan de que no creen que haya ningún tipo de problema para conseguir el permiso, aunque señalan que esta no es la vía normal y que esto es algo así como una excepción. Redactamos una solicitud en la que indicamos nuestra motivación para entrar en Darién, la zona que queremos visitar y el periodo de tiempo que estaremos dentro, así como nuestros nombres y números de pasaporte. Ahora toca esperar la respuesta…dicen que en un par de horas y que nos vayamos a Yaviza, que ya ellos hacen llegar la respuesta al cuartel de allí…

Sahara y sus amigos de Yaviza

Aprovechamos para comprar los víveres para los seis días que vamos a pasar en el Parque, tanto para nosotros como para el guía que nos obligan a llevar por seguridad y luego nos vamos a Yaviza, todavía sin noticias a pesar de que llamamos al cuartel unas tres horas después de enviar la solicitud a las oficinas centrales.
Al menos Yaviza es tranquilo y Sahara hace un montón de amigos con los que jugar, así que la espera se hace un poco menos amarga. A pesar de todo esto, cuando nos acostamos lo único que sabemos es que el permiso no llegó.

Árbol con hongos en el Parque Nacional Darién
27/07/12.- Hoy salimos hacia el Parque, al menos en teoría, porque seguimos como ayer. No sabemos nada del permiso y el ANAM nos vuelve a dar una muestra de su torpeza al tardar más de dos horas en redactar su propio permiso de entrada al Parque Nacional y al informarnos de repente en el último momento de que también debemos pagar el alojamiento del guía que nos obligan a llevar. No aguanto más y salto a sus yugulares, informándoles de una parte de lo que pienso de ellos y de lo inútiles que me parecen. Además, con tanto ir y venir en autobús de un lado para otro y pagar más días de alojamiento de lo que pensábamos, se nos va ajustando el presupuesto y no podemos permitirnos ese gasto extra. Al final lo solucionamos negociando con el guía, que es el que pierde, y por fin salimos hacia nuestro destino, más tarde de lo planeado, ¡pero lo conseguimos!

Transporte en piragua motorizada a El Real 
El viaje comienza con una nueva visita al cuartel de la policía para dejar constancia de que pasamos hacia el interior de la selva. 
Luego, un bonito viaje río arriba hasta el pueblo de El Real, donde nos reportamos una vez más en otro cuartel, y desde aquí vamos en 4x4 unos cuantos kilómetros hasta que la pista es impracticable incluso con tracción. 
Ahora toca caminar unos siete kms más hasta la estación de guardaparques de Rancho Frío, también llamada Pirre, lugar que será nuestra casa durante los próximos días.
Allí conocemos a un par de investigadores de la Sociedad Mastozoológica de Panamá (SOMASPA), que están colocando cámaras trampa para controlar la población de pumas y jaguares del Parque y con los que conviviremos durante nuestra estancia. Nos ponen los dientes largos enseñándonos fotos de estos dos lindos gatitos y también de ocelote, aunque la realidad es que nunca han visto un jaguar (uno de ellos tras varios años de trabajo de fototrampeo en distintos lugares del país), y alguno de los guardas de Darién tampoco, así que asumimos que en esta expedición no conseguiremos resultados en ese sentido.

Caminando por la selva 
El Parque Nacional está muy guapo, constituido por selvas primarias y secundarias que nos recuerdan mucho a las amazónicas. Todos los días caminamos por los senderos existentes, recorriendo durante esta visita unos 35 kilómetros, aunque con Sahara es complicado llegar muy lejos y ver fauna, a lo que se une que el bosque es muy espeso y el sonido de las pisadas sobre la gran cantidad de hojarasca que recubre el suelo delata nuestra presencia desde lejos. De todas formas no somos los únicos que no observamos grandes animales, pues la gente de las cámaras-trampa recorre grandes distancias todos los días desde antes de la amanecida y tampoco consiguen nada. Además, la mitad de los días diluvió a partir de las primeras horas de la tarde, con lo cual no pudimos aprovechar las horas del atardecer.

Zariguella común
No obstante, conseguimos muy buenas observaciones de mono nocturno (Aotus lemurinus), una especie de zariguella u oposum común (Didelphis marsupialis), un lagomorfo (Sylvilagus dicei) y algún roedor  (Sciurus granatensis, Microsciurus alfari, Proechimys semispinosusentre los mamíferos, además de monos cariblancas (Cebus capucinus), aulladores (Alouatta palliata) y titís (Saguinus geoffroyi); unas cuantas especies nuevas de aves, entre las que destacan el gavilán blanco (Leucopternis albicollis), el búho orejudo o penachudo (Lophostrix cristata), el caracara avispero (Daptrius americanus), el carpintero crestirrojo (Campephilus melanoleucos), el guacamayo verde mayor (Ara ambigua) o algunas especies de trogones (Trogon sp.). 

La preciosa y temida equis, terciopelo o barba amarilla
Fueron destacables los avistamientos de anfibios, tanto en número de especies como de individuos; y los de reptiles, con especies de serpientes tan emblemáticas como la equis (Bothrops asper), temida por todos y odiada por muchos en toda américa latina, donde es uno de los ofidios que más muertes provoca entre la población humana; o la patoca (Porthidium nasutum), también mortal y que hace menos de un mes mordió a nuestro guía en un dedo de un pié  mandándolo tres días al hospital. 
También es destacable el número y diversidad de insectos y arácnidos de este Parque, que nos hacen detenernos cada dos por tres para admirarlos.


Algunas de las muchas arañas que vimos en el Parque Nacional Darién

Fue aquí que realizamos nuestras primeras excursiones nocturnas de este viaje, y algunas de las mejores observaciones en el Darién las hicimos en estas horas de la noche, incluyendo todas las de mamíferos nuevos, muchos de los anfibios y la equis de más de metro y medio enroscada en un lateral del camino.

Críspulo haciendo una canasta de transporte
Tenemos que mencionar también a Críspulo, nuestro guía de la etnia emberá, que a pesar de no ser profesional ni un guía específico de ornitología, se lo tomó muy a pecho, y gracias a él pudimos observar muchas de las especies que escuchábamos durante las caminatas. Una vez más, nos quedamos impresionados ante el conocimiento que los pueblos indígenas poseen del medio ambiente que los rodea y nuestro guía lo demuestra nombrando docenas de plantas y árboles y sus usos en la sociedad emberá, identificando la práctica totalidad de aves que vemos y escuchamos (algunas veces señalándolas en la guía sin dudarlo y sin equivocarse), los rastros, voces y olores de los mamíferos y algunas de las ranas y los reptiles que observamos. 
En definitiva, una gran ayuda y un buen compañero de pateadas por la selva con el que entablamos una buena relación durante estos días, a pesar de que lo exprimimos un poco caminando mañana, tarde y noche.

Durante nuestra última noche en el campamento, Sahara se pone malo, con más de 38 grados y medio de fiebre y nos asustamos un poco, ya que ninguno de nosotros hemos tomado profilaxis para la malaria y los mosquitos nos atormentan día y noche.
Decidimos adelantar la partida a la primera hora de la mañana, pues pensábamos hacer la última caminata en el Parque e irnos al mediodía. La suerte acompaña y resulta que uno de los guardaparques tiene que ir al pueblo y nos ofrece a llevarnos en el quad que usan para moverse por aquí. Sahara se encuentra algo mejor y la historia se convierte en una nueva aventura, pues no solo vamos cuatro adultos y dos mochilas en el vehículo, sino que el camino es un barrizal impresionante, con lomas y riachuelos que cruzar, y mantener el equilibrio es un ejercicio constante durante el trayecto. La verdad es que nos lo pasamos muy bien y probamos un nuevo medio de transporte nunca usado durante nuestros viajes y de los pocos que nos quedaban por utilizar.

Críspulo y un gigante del bosque
Con la expedición terminada, podemos decir que no fue tan cañera como esperábamos basándonos en experiencias anteriores (en la cuenca Amazónica, las selvas y el Sahel senegalés, el Atlas marroquí, el Himalaya indio, los Andes o la Patagonia, entre otras), pero como de costumbre la conseguimos organizar por un precio que ronda el 10% del manejado por las agencias de viaje y/o aventura, con lo cual en ese sentido quedamos muy satisfechos, aunque esperábamos ver algo más de fauna grande.


Yaviza-El Real
Después volvemos a Yaviza en un bonito viaje río abajo en piragua a motor y todavía podemos ver algunas aves y un cocodrilo babilla (Caiman crocodilus) de buen porte tomando el sol en la orilla. Directamente recogemos el resto de nuestras pertenencias que habíamos dejado en el alojamiento de Yaviza y nos vamos en autobús a Metetí, donde visitamos el centro médico para que chequeen a Sahara, que vuelve a estar febril.
Afortunadamente la cosa no es grave y simplemente tiene una leve infección de garganta y algo de oído que se solucionará con reposo y un antibiótico que nos recetan. De todas formas el médico nos dice que no hay problema en viajar mañana a Playona.
Sorprendentemente nos atienden enseguida, la visita al médico es gratuita y tampoco nos cobran nada por los medicamentos, al no tener el niño todavía cinco años.
¡Un servicio sanitario más eficaz que en España!


Camino del Parque

El tráfico del río

Habitantes de Yaviza

Llegada a la catarata

        Y disfrutando del baño:



Y de la selva:

















Supercontento con su mochila natural

Y caminó con ella un buen rato

Matapalo, liana extranguladora (rodeando al árbol)

Siempre subido a las lianas...

...e inseparable de su lanza

Viendo una rana toro de buen tamaño

Rana toro (Leptodactylus savaget)



Distintas especies de ranas todavía no identificadas

Búho penachudo 

Caracol plano

Diploglossus monotropis

Craugastor sp.

Escorpión negro (Centruroides sp.)


Bothrops asper

Cucaracha gigante (Blaherus giganteus)


Atelopus glyphus

Atelopus glyphus

Porthirium nasutum

Dactyloa frenata














1 comentario:

  1. No me aburriré nunca de leeros. Se aprende un huevo!! Sahara es un campeón nato!!
    No me quiero imaginar la de horas que os echais para identificar todas esas especies. Por lo visto, los encuentros con la equis deben ser bastante fáciles. Toda la gente que conozco que estuvo ahi la observó!
    Menuda paciencia para lidiar con ese personal pero por el 10% de lo que pagas por una agencia bien vale la pena. Seguid disfrutando del viaje y poniendonos los dientes largos. A ver si teneis más suerte con la fauna de pelo y colmillo.
    Un abrazo grande a todos!

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