ALGUNOS CAMBIOS DE PLANES Y LADERAS DEL VOLCÁN TACANÁ
Camino hacia la frontera y la cumbre del volcán Tacaná |
Unión Juárez es un pequeño y
tranquilo pueblecito del suroeste del estado de Chiapas. Rodeado de cafetales y
situado a unos 1.300
metros sobre el nivel del mar en las laderas del volcán
Tacaná, se encuentra prácticamente en la frontera con la vecina Guatemala, con
la que comparte este volcán.
El entorno que lo rodea es de un
verde exuberante y su abrupta orografía, donde los ríos y montañas aportan una
constante verticalidad, le confiere cierta atmósfera de aislamiento que invita
al reposo. No en vano recibe el sobrenombre de la Suiza Chiapaneca.
Selva baja en Motozintla |
Eso si, no sin antes intentar arreglar la situación acoplándonos a una entrada prevista al corazón de la Reserva de la Biosfera de la Selva de El Ocote en busca de águilas elegantes (Spizaetus ornatus). Desafortunadamente esa oportunidad tampoco estaba a nuestro alcance, pues dicha entrada se pospuso a última hora.
Vista desde Unión Juárez hacia Guatemala |
Esta situación hizo que echásemos
mano de la improvisación y buscásemos un destino alternativo para pasar los
días que faltan hasta el once de febrero, cuando repetiremos monitoreo y
trampeo de cocodrilos en la Encrucijada. Así que decidimos conocer el volcán
Tacaná y los bosques de niebla que tapizan sus laderas, donde podemos observar
una buena cantidad de aves singulares, propias de esos ambientes.
Y de esta forma llegamos a Unión
Juárez, donde pasamos cuatro frescas y húmedas noches con sus respectivos días.
Nuestras excursiones desde este
pueblo nos llevaron a conocer una minúscula parte de los bosques envueltos en
la niebla del volcán, donde los árboles están totalmente cubiertos de plantas
epífitas y la humedad que satura el aire riega permanentemente una infinidad de
especies de musgos, líquenes y helechos.
Las dos ocasiones en que nos
encaminamos hacia las alturas (aunque no demasiado arriba), terminamos cruzando
de forma clandestina a la vecina Guatemala, tal y como hacen a diario la gran
mayoría de los pobladores de la línea, como llaman aquí a la frontera entre los
dos países, ya que el único indicio en la zona de que existe es una línea
formada por hitos de cemento situados en el terreno cada pocos metros.
Comida campestre a un lado del sendero |
En esos empinados senderos de
tierra en medio del bosque, nos encontramos con multitud de caminantes, que
llevaban mercancías hacia México para vender en sus mercados o traían productos
de primera necesidad hacia Guatemala, comprados a menor precio al otro lado de
esa línea.
Cañón de Suchiate |
En nuestro tercer día en Unión
Juárez bajamos hasta el río Suchiate y el cañón del mismo nombre. El camino que
sale del pueblo desciende varios cientos de metros casi de forma vertical, en
un zigzag continuo por un sendero de pocos centímetros de ancho. La vista del
cañón merece la pena, y el paseo también, a pesar de que el agua estaba demasiado fría
como para darse un baño, aunque Sahara se metió tímidamente en el agua.
Al final de nuestra estancia en la
zona, habíamos visto varias especies nuevas de pájaros, además de algunas observaciones de otras poco vistas por nosotros y unas cuantas ardillas grises mexicanas (Sciurus aureogaster).
Nuestras tardes en el pueblo
transcurrieron en la plaza central, donde disponíamos de wifi y de un parque de
juegos para Sahara que, como siempre, hizo un montón de amigos. De hecho, el
último día ya todo el mundo le conocía y ya había ido a las casas de un par de
sus amiguitos.
Dejamos Unión Juárez con calma el lunes día 11, camino de Acapetahua y de La Encrucijada.
Alrededores de Motozintla:
Caminatas por las laderas del volcán:
Y en el cañón de Suchiate:
Vídeo de la bajada hacia el cañón:
Tucanetas verdes (Aulacorhynchus prasinus):
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