10 DE ENERO. CUMPLEAÑOS SOBRE LA
DUNA Y DESPEDIDA DE LA COSTA
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Carmen y Sahara en lo alto de la duna |
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Tienda y mosquitero bajo la palapa |
Llegamos a Chipehua el día 9 de
enero ya de noche, después de una parada de un par de horas en Santa María de
Huatulco y de varias horas más en el autobús. Después de caminar unos cientos
de metros por el pueblo de Santa Gertudris de la Marina, pillamos un taxi que
de puro milagro nos acerca hasta las palapas de la playa, donde queremos
quedarnos. Ita y Alvin nos han recomendado esta playa y la palapa en la que
ellos se estuvieron quedando, pero nos equivocamos con el nombre de la dueña y
acabamos instalándonos en otra en la que tuvimos que despertar a sus
propietarios pasadas las 21:30 de la noche.
Por la mañana vemos que efectivamente
el lugar impacta desde el punto de vista paisajístico, pues la playa, de varios
kilómetros de longitud, está bordeada por manglares y rodeada por una espesa
selva baja caducifolia.
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Vista del cerro desde la palapa. A la iquierda está la playa, y detrás la duna |
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Uno de los muchos cadáveres de peces globos espinosos |
Afortunadamente, el día 10 amanece
cubierto, lo cual nos da un poco más de cuartelillo para explorar la orilla de
la playa y subir a la duna que se encuentra al otro lado de un pequeño cerro
tras las palapas.
Aquí no hay bahías que protejan la
playa de la embestida de las olas que vienen de mar abierto, y enseguida lo
notamos en el elevado número de cadáveres de peces y tortugas que nos
encontramos en la línea de marea.
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Impresionante vista del entorno de la duna |
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Todos juntos |
Subimos a lo alto de la duna dando un
pequeño rodeo sobre una loma de piedra y las vistas que divisamos desde
lo alto nos dejan con la boca abierta. Un pequeño cabo rocoso separa la playa
por la que venimos caminando de otra de similar longitud que rivaliza con ella
en belleza. A lo lejos y separada del mar por la barra de arena, una laguna de
aguas azules se encuentra rodeada de la selva baja que asciende cubriendo las
modestas sierras litorales de la zona. Bajo nuestros pies y hacia las dos
vertientes, una cuesta de fina arena blanca forma las dunas que van ganando
terreno a la piedra poco a poco, ascendiendo hasta la cima del cerro. Un
paisaje incomparable con el que regalarnos la vista en el día de mi trigésimo
quinto cumpleaños.
No se puede pedir mucho más.
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El mejor paisaje para cumplir años... |
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¡Salud! |
A lo largo de la mañana, el cielo
se despeja y el sol empieza a apretar de lo lindo, así que a primera hora de la
tarde volvemos nuestros pasos hacia la sombra de las palapas, donde hacemos una
paradita en un mirador privilegiado para tomar unas cervezas e impartir a
Sahara su clase de hoy.
Hoy no hay baño. Decidimos que el
oleaje está un poco fuerte y a ninguno nos apetece demasiado después de la
parada, así que vamos a pasar el resto de la tarde bajo el techo de palma de
nuestra palapa.
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Sahara en la escuela |
Para rematar el día, degustamos un
generoso ejemplar de pez sierra acompañado de plátanos fritos y arroz, y regado
con cervecita bien fría. Realmente sólo soy unas horas más viejo que ayer, pero
la celebración bien mereció la pena el añadir una cifra a la edad de mis huesos
y mi piel. ¡Espero que sigamos disfrutando como si cada día cumpliésemos años
una y otra vez!
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Silueta de fragata (Fregata magnificens) |
Por la noche todavía aprovechamos
para darnos una vuelta con las linternas por si hay suerte y recibo algún
regalo en forma de avistamiento de fauna, pero la fortuna no nos acompaña y
sólo vemos conejos (
Sylvilagus floridanus)
antes de irnos a la cama. A cambio, hoy llegamos a las 500 especies de aves
identificadas durante este viaje con la observación de algunos individuos
juveniles de piquero enmascarado (
Sula
dactylatra) pescando en el mar.
A la mañana siguiente decidimos
recoger y seguir nuestro camino hacia las selvas de Chiapas. Ya llevamos casi
tres semanas disfrutando de la playa y nos apetece un cambio de aires, así que
salimos con calma hacia Juchitán, donde pasaremos el resto del día descansando,
escribiendo, seleccionando fotos y jugando con Sahara en el parque.
Un montón de fotos de las dunas, el entorno de Chipehua y nosotros:
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Pelecanus occidentalis y Leucophaeus atricilla |
Y un vídeo:
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