Peripecias de una familia viajera en busca de la fauna salvaje del Nuevo Mundo
viernes, 28 de marzo de 2014
UNOS DÍAS DE DESCANSO EN YAVIZA, UNA VISITA CORTA A LOS AMIGOS DE PLAYONA, Y REGRESO A CIUDAD DE PANAMÁ
Esta vez el principal protagonista fue Sahara, que disfrutó como un enano jugando con sus amigos de Yaviza y Playona
Ya cuando llegamos a Metetí, de camino al Parque Nacional Darién, nos
recibieron con emoción en el alojamiento que usamos en nuestra primera visita.
Pero en Yaviza no esperábamos una
acogida tan calurosa como la recibida.
Nuestra anfitriona en una de las pocas pensiones del
pueblo nos dejó la habitación casi a la mitad del precio que el año pasado, en
el comedor en que almorzamos se alegraron mucho de volver a vernos, y por la
calle se escuchaba el nombre de nuestro hijo allí por donde pasábamos, ya que
los niños todavía se acordaban de él.
Una casa de Yaviza
Jugando bajo la lluvia:
Así que cuando salimos de la selva
después de los días pasados en Rancho Frío, decidimos quedarnos tres días más
en este pequeño poblado.
No tenemos ninguna prisa por llegar a Ciudad de
Panamá, ya que nuestra avioneta para la frontera con Colombia no sale hasta el
día 5 de noviembre; y el alojamiento es más económico en Yaviza que allí o en
Metetí, donde por otra parte, no tenemos demasiadas cosas interesantes que
hacer.
La pandilla de nuestra calle. De izquierda a derecha:
Campesino arreglando el techo de su rancho
No podíamos haber tomado una decisión mejor.
Sahara hace una buena
pandilla en los alrededores de la pensión, y se pasa el día jugando en la
calle, lo que le viene de miedo.
Nosotros aprovechamos para descansar,
escribir, asimilar nuestras últimas experiencias y explorar un poco los
alrededores del pueblo, donde añadimos unas cuantas especies de aves nuevas a
nuestra lista y yo tengo una buena observación de águila tirana (Spizaetus tirannus), un bonito
complemento a las otras águilas empenachadas que acabamos de ver los días
pasados.
Una buena colección de parumas
Arquitectura típica de la zona
Dos hermanos jugando con un coche improvisado
El puente que conecta las dos mitades del pueblo, pasando sobre el río Chucunare
¿Nos vamos o qué?
A pesar de todo, después de la estancia en Yaviza, pasamos nuestras dos
últimas noches en Metetí para poder visitar a nuestros amigos emberá de la
comunidad de Playona antes de volver a la capital.
Una vez más y tal como esperábamos, Sahara es el que más disfruta de esa
corta excursión, en la que juega con gran cantidad de niños, muchos de los
cuales también lo recordaban de nuestra anterior visita a la aldea.
En casa de Doraida, la abuela de Belkys
Con Belkys y otras amigas en el patio del cole
Reencuentro con Yajaira, la tía de Belkys
Con Belkys
visitamos la escuela durante el recreo, donde una gran pandilla en la que se
integra nuestro cachorro pasa el rato escalando uno de los árboles del patio
mientras los miembros de la orquesta escolar ensayan para el desfile de la
independencia de dentro de unos días.
Después del colegio, vamos al río, donde los niños continúan con los
juegos, las luchas, las risas y la diversión mientras se alivian de los calores
tropicales en el agua.
Carmen también hizo algunas amigas
La vida cotidiana en el río
Con nuestro hijo pletórico, regresamos en canoa a Puerto Limón, donde
hacemos raid a una camioneta que nos lleva hasta Metetí, para pasar la noche
antes de regresar a la capital el día 1 de noviembre en un viaje de ocho horas de autobús.
Embarcadero de Yaviza visto desde el puente
¡Pronto abandonaremos América Central para internarnos en el sur del
continente, donde continuará nuestro viaje y la incansable búsqueda de fauna
salvaje en todos los ecosistemas que podamos visitar!
Desfile para la elección de reyes y reinas infantiles de cada provincia, en Metetí:
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